EL INTENDENTE QUE ESCLAVIZÓ A 200 OBREROS Y AHORA ES DIPUTADO DEL FDT

Hace largos años un intendente del conurbano bonaerense protagonizó uno de los escándalos de corrupción más oscuros de la historia de nuestro país: explotó y estafó a centenares de trabajadores humildes. Por las condiciones de trabajo dos mujeres perdieron sus embarazos. ¿Hoy? es diputado del oficialismo
EL INTENDENTE QUE ESCLAVIZÓ A 200 OBREROS Y AHORA ES DIPUTADO DEL FDTHace largos años un intendente del conurbano bonaerense protagonizó uno de los escándalos de corrupción más oscuros de la historia de nuestro país: explotó y estafó a centenares de trabajadores humildes. Por las condiciones de trabajo dos mujeres perdieron sus embarazos. ¿Hoy? es diputado del oficialismo
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En 1995, Julio Pereyra, el intendente de Florencio Varela, prometió a doscientos desocupados pagarles mensualmente 200 pesos a través de subsidios girados por la ANSES y ser parte de las ganancias de una futura cooperativa llamada “La Voz del Campo”.

El hombre detrás de la idea

Julio Pereyra es el intendente que más veces fue reelecto en la historia de Florencio Varela, habiendo ganado las elecciones siete veces consecutivas.

Pereyra nació en Entre Ríos, pero se radicó con sus padres y hermanos en el barrio Don Orione de Florencio Varela cuando era adolescente. Allí vivió con su familia en una precaria casilla de madera y chapas, mientras su padre trabajaba de empleado telefónico de ENTEL y su madre de enfermera.

Desde muy joven, Pereyra se involucró en la política de la mano del peronismo y en 1984, llegó a ser Secretario Político del Bloque Justicialista del Concejo Deliberante del municipio.

Sin embargo, su ingreso a la administración pública fue en marzo de 1985, cuando el intendente Julio Carpinetti lo nombró Director de Entidades de Bien Público.

En mayo de 1992, el gobernador de Buenos Aires, Eduardo Duhalde designó a Carpinetti como titular del flamante Fondo de Reparación del Conurbano, ente creado por Domingo Cavallo por orden de Carlos Menem, a cambio del apoyo electoral al riojano de Duhalde en la provincia.

El Fondo del Conurbano fue conformado a partir del 10% de lo recaudado del Impuesto a las Ganancias, unos 600 millones de pesos al año, para hacer obras y otros negocios non sanctus, unos dos millones de dólares diarios.

Pereyra aprovechó para volver al Concejo provisoriamente para, en su rol de primer concejal, asumir el cargo de Intendente suplente.

Julio Carpinetti, primer intendente de Florencio Varela desde el retorno de la democracia y ex titular del Fondo de Reparación del Conurbano. Falleció en 2020 consecuencia de un coronavirus.

“El conductor puede haber cambiado, pero el automóvil es el mismo… La única diferencia que tengo con Carpinetti es que él es de Boca, y yo, de Independiente”, decía por ese entonces Pereyra.

En junio de 1993, Carpinetti fue obligado por Duhalde a renunciar al Fondo de Reparación del Conurbano tras declarar al periodismo que Graciela Giannettasio (en su momento vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires y por entonces Directora Provincial General de Escuelas), “había sido su amante”, a lo que se sumaban varias denuncias de corrupción sobre el uso discrecional de esos fondos.

Finalmente, las versiones se confirmaron, por lo que Carpinetti intentó volver a Florencio Varela para recuperar su cargo pero Pereyra mediante un decreto lo nombró “Intendente honorario” y armó una alianza para ganarle las elecciones. Cosa que efectivamente ocurrió el 3 de octubre de 1993, cuando Pereyra -apoyado por Giannettasio- ganó con 63.402 votos su primera elección sin Carpinetti.

Su slogan de campaña era: “Ahora, vote honestidad y humildad”.

Julio Pereyra, intendente en siete oportunidades de Florencio Varela (1993-2017)

El emprendimiento 

El proyecto consistía en desarrollar tareas de cultivo y siembra de verduras en cuatro terrenos varelenses; cuatro campos “prestados” a tal fin: “La Casona”, “Santa Rosa”, un campo perteneciente al concejal Carlos Miranda y otro a un ecologista local llamado Héctor Faldetta.

La idea de Pereyra era combatir la desocupación en Florencio Varela -uno de los municipios del conurbano con mayores niveles de desempleo en ese momento-, para el cual planteaba jornadas laborales de 6 horas, la promesa de una futura participación en la venta de la verdura producida, y la de aumentar el sueldo a medida que pasaran los meses y el trabajo comenzara a dar sus frutos.

La oficina de coordinación de las actividades de “La Voz del Campo” se instaló en “La Casona”, uno de los predios alquilados por la Comuna, que terminó adeudando varios alquileres. Allí, dos mujeres jóvenes al mando de Zisuela y Simioli eran las encargadas de las ventas y cobranzas.

La primera cosecha fue un éxito, y tanto Pereyra como el entonces Ministro de la Producción de la Provincia de Buenos Aires, Dr. Carlos Brown, mostraron al emprendimiento como un ejemplo que debían seguir todos los municipios de la provincia, y por qué no, del país.

Pero la realidad estaba lejos de lo que exhibía Pereyra.

Hombres y mujeres eran obligados a trabajar hasta 16 horas por día labrando la tierra con sus manos, sin herramientas, sin agua, ni baños, ni un lugar para guarecerse y con un salario de 15 a 20 pesos por mes. Los obreros se dieron cuenta muy pronto de que ninguna de las promesas se iban a cumplir.

Funcionarios a cargo del emprendimiento que eran a la vez proveedores del municipio, facturas falsificadas, apriete de obreros que se revelaban, intentos de comprar voluntades, la desaparición de subsidios estatales y del dinero de las ventas millonarias de la verdura comercializada fueron moneda corriente.

El despertar

Los obreros comenzaron a perder la paciencia. Ante sus ojos, salían del campo cientos de jaulas de verduras cosechadas por su esfuerzo, pero los encargados del lugar se negaban a abonarles sus salarios aduciendo que los compradores de la mercadería estaban retrasados con los pagos.

Las condiciones de trabajo eran tan malas que dos mujeres perdieron sus embarazos, al ser amenazadas de ser despedidas por Zisuela si faltaban a trabajar.

Para marzo de ese año, gran parte de los “insurgentes” ya había comenzado a enviar telegramas para que se los blanqueara y se les pagara lo adeudado, que era mucho. 

Zisuela se había marchado hacia nuevos rumbos, no sin antes efectuar, junto a sus secretarias, una amplia recorrida por algunos comercios de los alrededores, para juntar el dinero de las ventas.

En esa época, los obreros del campo del concejal Miranda y los de “Santa Rosa” también se rebelaron. En el campo de Faldetta cesó la producción, y mucha verdura quedó sin ser cosechada.

El 27 de junio de 1996, medio centenar de obreros patrocinados por la doctora Mónica Frade (actual diputada nacional por la Coalición Cívica) presentaron una denuncia en el Juzgado Criminal No 1 de Quilmes, a cargo del Dr. Marcelo Dragui, quien luego sería sería ascendido a Fiscal General Departamental.

En la causa se acusaba por “enriquecimiento ilícito, malversación de fondos públicos, abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionario público y cohecho” a Pereyra; a los concejales justicialistas Daniel Zisuela, Rafael Miranda y Amancia Báez; a los funcionarios Carlos Genaro Simioli y Marta Estela Duarte de Simioli, y a Adriana Bustamante y Héctor Faldetta.

También se dio inicio, con el patrocinio de la misma letrada, a cinco causas laborales contra Zisuela, Báez, Simioli, Duarte y Bustamante, que recayeron en distintos Tribunales del Trabajo de la justicia quilmeña.

Además, nunca se supo que pasó con los 100.000 dólares que giró la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación para financiar el proyecto,  al igual que el destino de alrededor de tres millones de dólares obtenidos por la venta de la verdura producida.

La Justicia laboral sí condenó a los funcionarios de Pereyra -pero no a él- por haber estafado a muchos de los obreros afectados y ordenó pagarles 50.000 pesos a cada uno de resarcimiento.

La causa en lo penal nunca avanzó y los responsables no fueron enjuiciados.

Hablar de “La Voz del Campo” a 20 años del inicio de una causa que pasó por jueces de casi todas las instancias sin que los responsables de reducir a la esclavitud a 200 obreros hayan sido debidamente sancionados, da una pauta de hasta qué punto los intereses políticos de turno pueden determinar la velocidad de un expediente judicial en la Argentina.

De 2017 a 2021, Julio Pereyra, fue diputado provincial, ya por el Frente de Todos, y en 2021 fue elegido diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires por el mismo frente.

Fuentes

La gran estafa del periodista Alejandro César Suárez

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Editor jefe en El Punto Medio, especialista en periodismo de investigación, con experiencia en gráfica, radio y portales digitales.
Periodista y Lic. en Comunicación Social por el Colegio Universitario de Periodismo (CUP) y la Universidad Católica de Santiago del Estero (UCSE).

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