EL DICTADOR MÁS LOCO DE LATINOAMÉRICA

Y si te dijera que existió un dictador latinoamericano más cruel y violento que Augusto Pinochet o el mismo Fidel Castro. Existió y esta es su historia
EL DICTADOR MÁS LOCO DE LATINOAMÉRICAY si te dijera que existió un dictador latinoamericano más cruel y violento que Augusto Pinochet o el mismo Fidel Castro. Existió y esta es su historia
Lectura 9 min

La historia de Latinoamérica está plagada de líderes dictatoriales que en nombre de la unidad nacional , la defensa de la patria y el progreso acabaron diezmando la vida de miles de personas, justificando esas acciones como un mal menor o un costo marginal.

Probablemente uno de los más brutales, excéntricos y relativamente desconocidos fuera de su país fue Rafael Leónidas Trujillo quien gobernó República Dominicana durante más de tres décadas con puño de hierro (1930-1961).

Conocido en su país como “El jefe”, Trujillo nació en la ciudad dominicana de San Cristóbal en 1891 siendo el tercero de once hijos en una familia de comerciantes.

En su juventud trabajó un tiempo como operador de telégrafo, pero esto no duró. En un contexto de dificultades económicas Trujillo se dedicó a la delincuencia desde una temprana edad formando parte de la pandilla conocida como “La 42” a la que también pertenecían sus hermanos, tomando parte en robos extorsiones, falsificaciones de moneda y robo de ganado.

Sin embargo, un acontecimiento político de gran magnitud cambiaría su vida para siempre.

En 1916, la República Dominicana fue invadida y ocupada por las fuerzas armadas estadounidenses como parte de las campañas militares que conformaron las “Guerras Bananeras”; una serie de intervenciones de Estados Unidos sobre los países del Caribe con el fin de garantizar las inversiones de empresas americanas en estas naciones. 

Con el fin de mantener el orden en el país caribeño las fuerzas estadounidenses fundaron la Guardia Nacional Dominicana, un cuerpo militar destinado a mantener el orden interno y compuesta mayoritariamente por dominicanos colaboracionistas

Uno de ellos fue un joven Trujillo quien vio una oportunidad de escalar socialmente en la institución donde ascendió de rango de forma vertiginosa llegando a ser teniente en 1919. Para muchos la exitosa carrera de Trujillo en la milicia se debió básicamente a su funcionalidad y complacencia con las fuerzas ocupantes. Fue aquí donde comenzaron las polémicas en torno a su persona: En 1920 fue acusado de haber violado a la adolescente de 16 años Isabel Guzmán durante una redada, bajo la amenaza de que mataría a sus parientes si no lo complacía. A pesar del testimonio de la chica e incluso de otros agentes de la Guardia Nacional, fue absuelto por la justicia militar. 

En 1924 las tropas estadounidenses abandonaron República Dominicana dejando el gobierno en manos del presidente electo Horacio Vásquez quien nombró a Trujillo general de brigada y lo puso a cargo  de la policía nacional dominicana. Irónicamente Vásquez sería derrocado en febrero de 1930 en un golpe de estado liderado y facilitado por el propio Trujillo.  Se llevaron a cabo elecciones fraudulentas para legitimar al nuevo gobierno donde el flamante dictador salió electo con más del 90% de los votos.

Uno de los aspectos que caracterizó al nuevo régimen fue el intenso culto a la persona del nuevo dictador. Con el fin de legitimar su gobierno, Trujillo fundó el Partido Dominicano, una organización de corte fascista y anticomunista en 1931 para poder presentarse a elecciones siendo todos los demás partidos prohibidos.  Incluso si no podía presentarse a reelección de forma indefinida debido a las leyes dominicanas Trujillo colocaba a alguien que le fuese fiel mientras él mantenía el poder real.

Un dato curioso es que el lema del partido “Rectitud , Libertad y Trabajo” es una referencia a las iniciales de su  nombre: Rafael Leónidas Trujillo. En 1936 mediante la promulgación de la ley 1036 la ciudad capital de Santo Domingo fue rebautizada en honor a “El Jefe” como “Ciudad Trujillo” , nombre que sería mantenido hasta su muerte. Estatuas dedicadas a él fueron erigidas a lo largo de todo el país especialmente frente a los edificios gubernamentales más relevantes como en la Universidad de Santo Domingo. Muchas obras públicas construidas durante este periodo llevaban (y llevan a día de hoy) el nombre de Trujillo o símbolos asociados a su régimen grabados. Todo lo que se construía en República Dominicana, todo avance que se realizará en cualquier campo sea la economía la educación o la industria era un logro personal atribuido al Generalísimo.

Además de la propaganda intrusiva, el régimen de Trujillo se caracterizó por una fuerte represión contra cualquier tipo de oposición política tanto la real como la percibida. Todo aquel que se opusiera a “El jefe” corría el riesgo de perder todas sus propiedades e incluso su vida. Según el catálogo de víctimas de la dictadura de Trujillo publicado por el Archivo General de la nación dominicana alrededor de 70 mil hectáreas fueron expropiadas a opositores durante este periodo y sus propietarios en muchos casos asesinados.

A través del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) el gobierno dominicano persiguió y asesinó a numerosos críticos del régimen tanto dentro del país como en el exterior. Militantes de los partidos opositores proscritos fueron arrestados, torturados, condenados a muerte o ejecutados de forma sumaria. Decenas de críticos al régimen exiliados en varios puntos de Latinoamérica y Estados Unidos fueron secuestrados por el SIM y llevados a República Dominicana donde serían ejecutados.

Un ejemplo de esto es el caso de Jesús Galíndez, un escritor residente en los EEUU secuestrado y desaparecido por agentes del SIM en 1956. Actualmente se estima la cantidad total de víctimas del régimen de Trujillo en 50.000 muertos.

Sin embargo, fue en 1937 cuando el régimen desató el verdadero horror sobre el país. En ese entonces Trujillo se propuso lidiar con “el problema haitiano” de la peor manera posible. Durante décadas miles de haitianos migraron hacia República Dominicana en busca de empleo y mejores condiciones de vida, un fenómeno que persiste hasta el día de hoy siendo todavía objeto de fuertes tensiones sociales.

En 1937 Trujillo ordenó al ejército dominicano erradicar a toda la población Haitiana del país. Los soldados recorrían las plantaciones y poblaciones de las provincias fronterizas matando a los haitianos a machetazos o arrojándolos  al mar atados de pies y manos. La justificación de la masacre fue que el alto número de trabajadores haitianos en las fincas como jornaleros significase pérdida de empleos para ciudadanos dominicanos ya que debido a las circunstancias en que llegaban solían aceptar sueldos más bajos y en peores condiciones. El régimen se valió del resentimiento popular que había hacia los del país vecino para justificar la masacre.

Este episodio es conocido como “la masacre del perejil” debido a que para identificar a los Haitianos de la población negra dominicana, el ejército demandaba  a los sospechosos que pronunciaran la palabra “perejil” en español. En el creole, la lengua de los haitianos es muy difícil pronunciar esa palabra. A día de hoy se estima que entre 17.000 y 35.000 Haitianos fueron asesinados por las fuerzas armadas dominicanas.

Haitianos asesinados por el ejército dominicano.

A medida que pasaron los años el régimen se volvió más errático y represivo llegando a su peor fase a finales de la década de los 50 y principios de los 60 presionado cada vez más por una creciente impopularidad. En 1960 bajo órdenes de Trujillo el SIM intentó asesinar a Romulo Bentancourt, en ese entonces presidente de Venezuela por su apoyo a la oposición dominicana en el exilio. 

Otro episodio que desencadeno una fuerte condena al régimen fue el asesinato de las hermanas Mirabal el 25 de noviembre de 1960 también a manos del SIM. Ellas eran reconocidas por su activismo en contra del dictador.  El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se celebra el 25 de noviembre en su honor.

A ojos de Estados Unidos, Trujillo comenzó a ser visto como problema para la estabilidad en el Caribe, especialmente después del atentado a Betancourt. Hay que tener en cuenta que todo esto ocurría en paralelo con la Revolución Cubana. El gobierno estadounidense temía que la excesiva represión trujillista provocase un escenario similar al de Cuba por lo tanto se dispusieron planes para deshacerse del régimen. 

El 30 de mayo de 1961 Trujillo se encontraba circulando en las afueras de Santo Domingo en su Chevrolet Bel Air azul modelo 1957 acompañado solo por su chofer, cuando fue emboscado por un grupo de siete hombres armados apostados en tres autos a lo largo de la carretera que llevaba a San Cristóbal. Cuando el Bel Air pasó de frente los conspiradores comenzaron a seguirle y a disparar con ametralladoras destrozando el cristal trasero del auto.

El Chevrolet de Trujillo tras el atentado.

Según cuenta Antonio Imbert, quien tomó parte en el atentado, el Chevrolet se detuvo y Trujillo salió del auto ensangrentado y armado con un revólver con el que se defendió a tiros. “Avanzamos los cuatro, arrastrándonos”, decía Imbert a el  New York times. “Trujillo estaba de pie delante del auto, gritaba, asustado, imagino. Estaba herido de bala en el hombro izquierdo”. “Estaba en el suelo, a pocos metros de él”, decía Imbert. “Apunté mi revólver y disparé dos veces. Una bala le dio en la barbilla. Se cayó de espaldas, debió morir inmediatamente. No se movió más”.

Antonio Imbert (derecha) fue promovido a general y más tarde sería presidente de la República Dominicana.

Con Trujillo muerto, el régimen colapsó en cuestión de meses. Sin embargo, eso no impidió que los agentes del SIM dieran caza y mataran a varios de los conspiradores, Imbert fue uno de los pocos que sobrevivió. Las armas utilizadas en el ataque habían sido facilitadas por agentes de la CIA que residían en el país caribeño. 

Según una nota de el New York times la agencia de inteligencia norteamericana aportó «apoyo material» para la operación contra el dictador. Según el medio estadounidense, James Stanton, un senador demócrata de Ohio encargado del comité que regulaba las actividades de la CIA dijo que el de Trujillo fue uno de los «intentos de asesinato» exitosos perpetrados por la agencia.

El cuerpo de Trujillo fue sacado de República Dominicana por sus familiares quienes debieron exiliarse. Fue enterrado en Francia y años más tarde fue movido al cementerio de Mingorrubio en Madrid donde yace actualmente el mausoleo de su familia.

+ posts

Redactor en El Punto Medio, cubre política local e internacional. Estudiante de Comunicación Social en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Notas relacionadas