Esto fue un circo romano y una farsa. Estoy condenado y prejuzgado de antemano

Robledo Puch, asesino múltiple

Con estas palabras, un 27 de noviembre de 1980, Robledo Puch fue condenado a prisión perpetua, la pena máxima en nuestro país, que establece 35 años de cárcel efectiva.

Su historia es escalofriante: desde quemarle la cara a una víctima con su soplete a pegarle un tiro a una cuna, Puch nunca reconoció límites.

 ¿Quién fue Carlos Robledo Puch?

Llegó al mundo por un milagro o eso creía su madre Aída, que no podía quedar embarazada. Hizo un tratamiento, recurrió a remedios caseros y rezó. No quería pasar por este mundo sin ser madre. Su marido, Víctor, nunca estuvo convencido. 

Carlos Eduardo Robledo Puch nació en Buenos Aires el 19 de enero de 1952. Es un asesino en serie y uno de los mayores criminales de la historia de Argentina. Su rostro de niño, casi como un angelito, llevo a que lo apoden “El Ángel” o “El Ángel de la Muerte”.

Con tan solo 20 años fue detenido por diez homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, diecisiete robos, dos raptos y dos hurtos.

En 1980 por estos hechos fue condenado a prisión perpetua, que en Argentina de perpetua no tiene nada, ya que después de los 35 años, se puede pedir la libertad condicional. Algo que los tribunales, por primera vez en la vida, están haciendo bien, rechazando la libertad de Puch, que aunque lleva más de 50 años en prisión, sigue siendo un asesino en serie.

Puch e Ibáñez 

El 15 de marzo de 1971, Robledo Puch, junto a su cómplice Jorge Ibáñez, ingresó al boliche Enamour donde se llevó $ 350.000. ¿El saldo? Dos muertos. Puch asesinó al dueño y al sereno del establecimiento a sangre fría mientras dormían.

Unas semanas después, el 3 de mayo de 1971, a las cuatro de la mañana, Puch e Ibáñez volvieron al ataque. Esta vez, ingresaron a un negocio de repuestos en Vicente López. Cuando ingresaron, encontraron a una pareja y a su hijo recién nacido. Puch asesinó al hombre e hirió a la mujer. Ibañez intentó violarla. Antes de huir con $400.000, Puch disparó contra la cuna. Afortunadamente, falló. Hasta el día de hoy, las autoridades no saben si falló el disparo a propósito o no.

Unos días después, también junto a Ibañez, asesinaron al sereno de un supermercado en Olivos. 

A mediados de junio de ese mismo año, Puch ejecutó a dos mujeres en la ruta. Ambas habían sido víctimas de abuso sexual a manos de Ibáñez.

El 5 de agosto, Ibañez falleció en un accidente automovilístico en circunstancias que dejaron bastantes dudas. ¿La razón? Robledo Puch era quien conducía el vehículo en el que se accidentó Ibañez. El Ángel, logró huir ileso del accidente. Hasta el día de hoy, muchas personas sospechan que Robledo Puch asesinó a Ibañez y fingió un “accidente”.

Tras la muerte de Ibañez, Puch se retiró del juego por un breve tiempo, hasta noviembre.

El nuevo

Junto a un nuevo cómplice, Héctor Somoza, asaltaron un supermercado en Boulogne, y acribillaron al sereno. Dos días después, en una concesionaria de autos, asesinaron al cuidador. 

Pasados unos días, volvió al ataque. Esta vez, otra concesionaria fue el objetivo pero de Martínez. Redujeron al sereno, le quitaron las llaves y robaron un millón de pesos. Puch lo asesinó de un disparo en la cabeza.

Luego de asesinar al sereno, El Ángel atacó a su propio compañero. Lo baleó en la cara y luego lo desfiguró con un soplete.

Su caída

¿Recuerdan a Somoza? Bueno él fue el responsable de la caída de El Ángel. Luego de incendiarlo con un soplete, para que los investigadores no puedan identificarlo, Puch olvidó revisar los bolsillos de Somoza. En ellos, se encontraba su DNI en formato de cédula. Tras ese fatal error, la policía pudo atar algunos cabos y llegaron a la casa del ex compañero de Puch.

En la vivienda, la madre de Somoza les comentó a los oficiales que su hijo solía reunirse en reiteradas ocasiones con Robledo. Sin dudarlo ni un segundo, los investigadores se dirigieron al hogar del asesino, que no se encontraba en casa ya que había salido a festejar y a tomarse una cerveza. Cuando regresó, sin oponer resistencia, fue arrestado. En la comisaría 1° de Tigre, confesó todos los homicidios efectuados. 

Así, el 4 de febrero de 1972, el asesino en serie de 20 años fue detenido. En 1973, cuando se encontraba privado de su libertad en el penal de Olmos, se fugó de la prisión y estuvo fuera por 68 horas. Fue recapturado cuando ingresó a una confitería y llamó a su madre. Las fuerzas de seguridad estaban escuchando la conversación.

Condena

El 27 de noviembre de 1980 fue condenado a prisión perpetua por tiempo indeterminado, la pena máxima en Argentina. Sus últimas palabras ante el tribunal fueron: “Esto fue un circo romano y una farsa. Estoy condenado y prejuzgado de antemano”.

En la actualidad, Robledo Puch continúa cumpliendo condena en uno de los pabellones del penal de Sierra Chica. Sí, el penal del motín más sangriento de la historia de nuestro país. Desde el año 2000 que puede solicitar libertad condicional. 

El 27 de mayo de 2008, luego de que le concedieran prisión domiciliaria al odontólogo Ricardo Barreda (de él hablaremos en una próxima nota), Robledo Puch solicitó su libertad condicional. El juez se la negó el 31 de agosto de 2011 y nuevamente el 30 de octubre de 2013.

En noviembre de 2013 pidió que se revisara la sentencia o que lo ejecutaran con una inyección letal, a pesar de que la pena de muerte no está legalizada en Argentina, por lo que, el pedido no prosperó.

En febrero de 2023 se cumplieron 51 años desde su detención. Tras estar cinco décadas privado de su libertad, el abogado del asesino aseguró que, en caso de recibir un revés judicial, seguirá insistiendo porque su cliente “ya pagó con esta condena”. El “Angel de la Muerte” no quiere morir en la cárcel y todavía insiste en recuperar su libertad.

La amenaza a Cristina 

En marzo de 2016, se le negó nuevamente la libertad. Esta vez, fue consultado sobre qué haría si saliese en libertad y Puch amenazó con asesinar a Cristina Fernández de Kirchner: “Si quedo libre, voy a matar a Cristina”. Puch esperaba que Mauricio Macri lo indulte y le escribía cartas a María Eugenia Vidal, en ese entonces, gobernadora de la Provincia de Buenos Aires.

Los padres de Carlos

Cuando fue detenido, su madre Aída intentó suicidarse de un disparo. La bala le rozó los lentes y desvío su trayectoria. Con el tiempo, su padre Víctor, se separó de Aida porque conoció a otra mujer y dejó de visitar a su hijo. 

A mediados de los ´80, Robledo le escribió a su padre una carta: “Lo primero que voy a hacer cuando salga de acá es matarte a vos. Andá pensando cómo vas a hacer para mantenerme”. Desde ese entonces, lo que más deseó Victor en este mundo, fue que su hijo nunca saliera de la cárcel.