El Cártel de Cali fue el nombre dado por la Drug Enforcement Administration (DEA) – Administración para el Control de Drogas – a la organización criminal dedicada al tráfico de cocaína y lavado de activos encabezada por los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela; José Santacruz Londoño y Hélmer Pacho Herrera. En esta ciudad, tenían su principal base de operaciones. Los líderes del cartel se hacían llamar “Los caballeros de Cali” y también se los conocía como la KGB de Cali (la KGB fue el servicio secreto de la URSS). El por qué, tenían un sofisticado sistema de información que le permitía conocer dónde estaba cada persona en el país y ni sus empleados sabían quienes eran. 

El Cártel llegó a su auge en los años ’80 y ’90, donde traficó cientos de toneladas de cocaína a Estados Unidos y Europa, logrando facturar unos US $12.000 millones al año. Durante los años mencionados anteriormente, Cali tuvo que lidiar con el Cartel de Medellín de Pablo Escobar. Con la ruptura de este y la caída de Escobar en 1983, los Caballeros de Cali llegaron a controlar el 80% del mercado mundial de esta droga.

En 2014, el Departamento del Tesoro declaró la victoria sobre el Cártel de Cali. El Cártel había sido desarticulado y erradicado totalmente.

El Cártel en sus inicios

En el año 1970, Gilberto Rodríguez Orejuela, Miguel Rodríguez Orejuela y José Santacruz Londoño, crearon una asociación llamada ”Los Chemas”. Esta banda delictiva estaba comandada por Luis Fernando Tamayo García y, en sus inicios, se dedicaban a la piratería terrestre, a la extorsión y al secuestro. Luego, ingresarían en el negocio de la cocaína, importando coca desde Bolivia y Perú, y comprando sus propias aeronaves para sus propias rutas. 

Pacho Herrera se encargaba de blanquear el dinero en Estados Unidos y de transportarlo de manera ilícita a Colombia. Santacruz fue el encargado de diseñar una de las cadenas mundiales más grandes del tráfico de drogas mientras que Miguel Rodríguez, hermano de Gilberto, tenía el rol de manejar las finanzas del cartel. Gilberto Rodríguez podríamos decir que era el «cerebro» detrás de las operaciones y se lo conocía como “el ajedrecista”.

Según un artículo de la DEA, la organización exportaba cuatro de cada cinco gramos de cocaína que circulaba en Nueva York, a mediados de los años ´70. Mientras el Cártel de Medellín monopolizaba las ventas de drogas en Miami y Los Ángeles, Santacruz se apoderaba de Nueva York. 

Cabe destacar que el cartel transportaba cocaína desde las selvas del Amazonas, donde se cosechan y procesan las hojas de coca en laboratorios al aire libre, a las calles de ciudades de todo el mundo.

La guerra con Pablo Emilio

El Cártel de Medellín, comandado por Pablo Escobar, era el principal rival de Cali en la comercialización de sustancias ilegales. Las guerras contra Escobar eran sangrientas. Incluso, Gilberto Rodríguez Orejuela declaró: “Le temíamos a Pablo Escobar”.

Pero, antes de esta enemistad entre los cárteles, Cali y Medellín, se podría decir que convivían juntos y diferenciaban las zonas que le tocaba a cada uno. Uno de los hechos que marcaría el distanciamiento entre los capos de Cali y Medellín sería el asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, el cual se había convertido en un enemigo del grupo de “los extraditables”, una agremiación de jefes mafiosos del Cartel de Medellín que también estaba liderada por Pablo Escobar. Todos los capos aportaron dinero para el plan, menos los Rodríguez Orejuela, quienes desaprobaron el asesinato de Lara. Después del crimen contra el Ministro, la mayoría de capos colombianos terminaron exiliados del país. 

Otra de las causas que marcaron el distanciamiento entre ambos cárteles, fue el arresto de uno de los hermanos Ochoa (del cartel de Medellín) en Cali. En el cartel de Pablo Escobar, siempre se sostuvo que fue una traición de los Orejuela. Además, Pablo Escobar, en su guerra abierta contra el Estado, decidió secuestrar y torturar a diferentes candidatos políticos e hijos de personas influyentes del país. Esta idea, obviamente, no cayó bien en Cali.

El distanciamiento final entre los dos carteles fue con el atentado al Edificio Mónaco el 13 de enero de 1988, cuando 700 kilos de dinamita hicieron volar esa propiedad de Pablo Escobar, donde se encontraba con su familia. Aunque no hubo muertos y en Cali negaron rotundamente responsabilidad sobre el atentado, al capo de Medellín no le quedaban dudas de que la orden la habían dado sus antiguos socios. 

A partir de ese momento, los colombianos fueron rehenes de una guerra abierta y sin escrúpulos entre carteles. Como venganza al atentado al edificio Mónaco, Escobar ordenó poner más de 50 bombas por todo Cali, con destino específico a las propiedades y negocios de los Rodríguez Orejuela. En todo 1988 desde Medellín se ordenaron cerca de 40 atentados a sucursales de la cadena de droguerías Drogas la Rebaja, y 10 más contra el Grupo Radial Colombiano, empresas que pertenecían a los capos de Cali.

Con grandes bajas en Medellín y su debilitamiento por la guerra contra el Estado, Escobar se entregó y fue encarcelado en La Catedral en 1991. La muerte de Fernando y Mario Galeano Berrio y Gerardo y Julio Moncada miembros de Medellín a manos del propio Escobar en el interior de La Catedral, terminó de romper las relaciones del capo con los demás miembros de su cartel. 

Así surgieron “Los Pepes”, un grupo paramilitar contra el comunismo financiado mayormente por el Cártel de Cali, quienes se sumaron al Escuadrón de Búsqueda (un grupo policial formado por el gobierno de Colombia para terminar con Escobar). 

Cali a partir de ese momento se convertiría en el principal cártel de la droga en Colombia y Gilberto Rodríguez Orejuela en el criminal más poderoso y millonario del país. Con la muerte de Pablo Escobar en 1993 se terminó de desintegrar lo que quedaba del Cártel de Medellín, lo que produjo que el Cartel de Cali se quedará con todo.

El Cártel de Juárez, liderado por Amado Carrillo Fuentes se unió con el Cartel de Cali para introducir cocaína a la Costa Oeste de los Estados Unidos. Pero esta es otra historia, que será contada en otro artículo próximamente.

La relación de Cali con la política

Gilberto Rodríguez Orejuela diseñó una red de corrupción, si leyeron bien, una red de corrupción que le permitió blanquear millones de dólares. Cali compraba a todo aquel que no le permitía hacer sus negocios. 

Para la campaña presidencial de Ernesto Samper, Cali aportó 6.000 millones de pesos. 

Años después, también aseguraron pusieron millones en la campaña de Andrés Pastrana, sucesor de Samper en la presidencia para el periodo 1998-2002. Tanto Samper como Pastrana negaron esto.

La “Lista Clinton”

En 1995, el entonces presidente Bill Clinton le dió un fuerte golpe al cártel, explica Insight Crime: “Firmó una orden ejecutiva que aprobó sanciones económicas dirigidas a una serie de presuntos narcotraficantes, entre ellos los hermanos Rodríguez Orejuela, creando una extensa lista de personas y empresas que se conoció como la Lista Clinton”.

La Lista Clinton (oficialmente: Specially Designated Narcotics Traffickers o SDNT list) es como se le conoce a la lista negra de empresas y personas vinculadas de tener relaciones con dinero proveniente del narcotráfico en el mundo. Las personas que aparecen en esta lista no pueden hacer transacciones financieras o tener negocios comerciales con los Estados Unidos.

En Colombia, uno de los países más afectados por la guerra contra el narcotráfico, se calcula que más de 1.000 personas y más de 600 empresas han aparecido en la lista desde 1995.

Cali y su pasión por el fútbol

Los hermanos Rodríguez Orejuela eran fanáticos del fútbol y se convirtieron en los dueños mayoritarios del América de Cali a finales de la década de 1970. 

A pesar del éxito del América, la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos declaró en 1996 a las compañías bajo el dominio de los Rodríguez Orejuela como peligrosas para la economía de ese país y el 8 de junio de 1999 el América de Cali entró a formar parte de la ”Lista Clinton”.

De inmediato las cuentas bancarias del club fueron canceladas. El club logró salir de esa lista en 2012 y ya no guarda ningún vínculo con los narcotraficantes. 

El fin del Cártel

Con el triunfo Samper en las elecciones presidenciales de Colombia de 1994 se inició el escándalo del Proceso 8000, en los que se indicaba que la campaña de Samper había sido patrocinada por el Cartel de Cali. El presidente, para demostrar que él no tenía nada que ver con el narcotráfico, ordenó perseguir a los líderes del cartel.

El primero en caer fue Santacruz, quien fue detenido en Bogotá. En enero de 1996 Santacruz logró escapar de la cárcel donde se encontraba para terminar asesinado por el Cartel del Norte Del Valle, la Policía Nacional y los paramilitares en un operativo conjunto, en marzo de ese año. 

El segundo en caer fue Gilberto cuando fue arrestado en junio de 1995 en su departamento. Ese mismo año, su hermano también fue detenido.

Pacho Herrera se entregó a la policía en 1996 y dos años más tarde fue acribillado durante un partido en la cárcel de Palmira. Una persona irrumpió durante el encuentro y le propinó siete disparos, el sicario fue enviado por el Cártel del Norte del Valle, organización rival del Cártel de Cali. 

Finalmente, los hermanos Rodríguez Orejuela fueron extraditados a Estados Unidos donde debieron cumplir una condena que terminaba en 2030, por haber seguido traficando droga desde la cárcel.

El Cártel de Cali, antes del escándalo con la política, había negociado la rendición ante la justicia colombiana. Se les daría no más de 5 años en cárceles colombianas y la promesa de no expropiación de sus cuantiosos bienes. 

El 31 de mayo de 2022, Gilberto Rodríguez, murió a causa de una afección cardíaca en una cárcel de EE.UU. Su hermano Miguel, aún cumple su condena de 30 años.

Tras la declaración de culpabilidad de los hermanos en 2006, “28 de los miembros de la familia Rodríguez-Orejuela aceptaron la confiscación de todos sus bienes, en cualquier lugar del mundo, que hayan sido obtenidos directa o indirectamente con ganancias del narcotráfico”, según el Departamento de Estado de EE.UU.