VIDA Y OBRA DE VLADIMIR PUTIN

La Guerra de Ucrania puso al líder ruso devuelta en el centro de escena de medios de todo el mundo. Cómo terminó un ex agente de la KGB convirtiéndose en el hombre más poderoso de una de las principales economías del globo
VIDA Y OBRA DE VLADIMIR PUTINLa Guerra de Ucrania puso al líder ruso devuelta en el centro de escena de medios de todo el mundo. Cómo terminó un ex agente de la KGB convirtiéndose en el hombre más poderoso de una de las principales economías del globo
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Comienzos

Vladimir Putin ingresó en la KGB (principal agencia de inteligencia de la URSS) en el año 1975. Gracias a su conocimiento del alemán, en 1985 fue enviado como agente a la ciudad de Dresde, en la Alemania socialista.

Un mes después de la caída del Muro de Berlín, el 5 de diciembre de 1989, una multitud se congregó entre las oficinas de la policía secreta de la Alemania Oriental, la Stasi, como forma de protesta para barrer con lo que quedaba de los vestigios comunistas.

Vladimir Putin con el uniforme de la KGB.

Putin y los suyos pidieron a Moscú ayuda pero no hubo respuesta. Una frase se popularizó entre los varados que enfrentaban a los enojados manifestantes: “Moscú está callado”

La cuestión es que Putin, salió del edificio de la policía y dijo que quien intentara violar la propiedad de Stasi y de los cuarteles de la KGB sería repelido con armas de fuego. Después de eso, los manifestantes se disgregaron y los agentes rusos pasaron toda la noche quemando documentos clasificados antes de abandonar su puesto.

El arte de lo posible

En 1990, Putin regresó a su ciudad natal, San Petersburgo, y empezó a formar parte del equipo del alcalde de la ciudad, Anatoly Sobchak, quien había sido su ex profesor de derecho en la universidad. 

En 1991, se convirtió en el encargado del Comité de Relaciones Exteriores de la Oficina del Alcalde, lo cual le daba el poder de controlar las compañías que pudieran registrarse en la ciudad, así como de manejar las inversiones extranjeras.

Para la entrega de contratos, regían entre 20% y 50% de comisiones, las cuales eran solicitadas por la administración del alcalde Sobchak. De acuerdo a los Panama Papers, varios políticos rusos vinculados a Putin se enriquecieron gracias a estos contratos. 

El desvanecimiento de la Unión Soviética trajo consigo una crisis alimentaria en San Petersburgo, para paliar esta escasez, Putin y Sobchak resolvieron un intercambio de materia prima por alimentos.

Pero para la ex diputada, Marina Salye, del partido de “Demócratas Radicales” del Congreso de los Diputados del Pueblo (RSFSR), las materias primas salieron de Rusia, pero los alimentos nunca llegaron o no la cantidad pactada, y estima que esto generó pérdidas por 124 millones de dólares

El ascenso

En 1996, Putin se trasladó a Moscú y fue nombrado administrador en Jefe adjunto del Kremlin. En San Petersburgo, Anatoly Sobchak perdía la reelección para la alcaldía, acusado de actos de corrupción. Fuertemente presionado, sufre un infarto y es trasladado a un hospital, donde denuncia una atención médica deficiente.

Anatoly Sobchak junto a un joven Putin.

En este estado de situación, Putin facilitó el escape de Sobchak a París, con la excusa de la deteriorada salud de su ex jefe, alejándolo de las fuertes acusaciones y pagándole el favor por haberlo llamado para ser parte de su equipo. 

Esta muestra de lealtad, llamó la atención del entonces presidente de Rusia, Boris Yeltsin, el cual también se encontraba enfermo y acusado de cargos de corrupción al igual que Sobchak. Por lo que ser sucedido por Putin a cambio de que no lo investigara a él, una vez fuera del cargo, le parecía una gran idea. 

En 1998, Putin fue nombrado Director del Servicio Federal de Seguridad (FSB).

En agosto de ese mismo año, hubo una serie de explosiones en tres ciudades de Rusia (Moscú, Buynaksk y Volgodonsk). Estas fueron atribuidas a rebeldes chechenos islamistas.

Sin embargo, la fallecida periodista Elena Politkóvskaya, no descarta que este acontecimiento fuera obra de la FSB y Putin, para poder convencer al pueblo ruso de ser un líder fuerte y creíble, en el cual pudieran confiar en situaciones de adversidad. 

Mikhail Trepashkin, ex agente de la KGB, explica que después de las explosiones, retroexcavadoras removieron rápidamente los escombros y restos humanos de la escena, sin dejar espacio para una investigación judicial correcta. 

Por otro lado, luego de las explosiones previamente descritas, se encontró una bomba adicional en la ciudad de Riazán. En esta se encontró un explosivo hexagon y su detonador respectivo, muy utilizados por el ejército ruso. La FSB declaró que había sido parte de un supuesto “ejercicio de entrenamiento”.

Lo extraño de esta serie de hechos es que cuatro principales investigadores de este caso murieron en el proceso

Estos atentados fueron razón suficiente para comenzar la Segunda Guerra Chechena, donde más adelante, tropas rusas destruyeron la ciudad de Grozny (República de Chechenia) y acabaron con la vida de hasta 8000 personas para el final del asedio.

En vísperas de Año Nuevo, el 31 de diciembre de 1999, el presidente Yeltsin dimitió, ocasionando gran sorpresa en la sociedad rusa. Consecutivamente, Putin fue nombrado presidente interino

Con su popularidad creciente, y con la ayuda de contactos y lealtades conseguidas a través de sus años de gestión pública, no tuvo mayor dificultad para mantenerse en el cargo, derrotando en las elecciones del 26 de marzo de 2000 al partido rival, con casi el 53% de los votos y ser electo presidente de Rusia.

El zar

Vladimir Putin ha podido afianzarse como la persona más poderosa de Rusia, permaneciendo en el cargo por casi 2 décadas. Ha logrado modificar la Constitución rusa para centralizar el poder en su persona y crear un Estado de carácter absolutista y oligárquico.

Cuando Putin asumió el poder ejecutivo en Rusia, le garantizó a varios empresarios negocios con el Estado, en sectores estratégicos de la economía como energía, financieros, fertilizantes, inmobiliarios, entre otros.

Putin con Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía desde 2014.

Una relación económica de ida y vuelta, ya que esos empresarios son los que inyectan fondos en las campañas presidenciales, no muy diferente a la que ocurre en democracias occidentales, pero con la diferencia -no menor- de que, quien daba el visto bueno sobre qué inversión hacer y cuál no, era “El Kremlin”. 

¿Quiénes son? Se trata de 20.000 personas que han acumulado patrimonios de más de 10.000 millones de dólares, que controlan un tercio del PBI de Rusia (28%).

Es tal la riqueza de estos oligarcas, que Eszter Wirth, profesora de la cátedra de Economía Internacional de la Universidad Pontificia Comillas, afirma que las corporaciones estatales controlan un 55% de la economía, mientras que las pequeñas y medianas empresas solo un 20,6% (recordando al antiguo modelo socialista).

Por otro lado, Rusia es considerado como un Estado autoritario por el mundo occidental y razones no le faltan.

A la represión de rebeliones y protestas en contra de su gobierno, se le suman la persecución y asesinato a periodistas y disidentes políticos como metodología a emplear.

Así fueron los del político opositor Alekséi Navalni, quien casi pierde su vida por un envenenamiento y se encuentra preso por motivos políticos actualmente, o la periodista Anna Politkovskaya quien fue acribillada en el ascensor de su departamento, después de publicar varias investigaciones de la Segunda Guerra de Chechenia y de la Rusia de Putin.

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