“Un dirigente sindical ejemplar” lo llamó el ex presidente Alberto Fernández.

Hugo Antonio Moyano es probablemente una de las personas más polémicas de la historia reciente y no tan reciente de la argentina. Sindicalista y dirigente deportivo, supo interpretar los diferentes momentos políticos con suma astucia, sabiendo cuando era conveniente confrontar y cuando amigarse con los diferentes poderes de turno.

Su historia

Hugo nació en la ciudad de La Plata en 1944 y creció en el seno de una familia con profundas convicciones peronistas. Hijo del camionero Juan Antonio Moyano, empleado en la empresa Platamar.

Su familia se mudaría a Mar del Plata, luego que su padre fuera trasladado al cuerpo de bomberos de esa seccional. La afiliación de su padre al peronismo no era casual. Gracias al Plan Eva Perón lograron conseguir terreno donde construir su casa a unas veinte cuadras de la costanera.

Moyano apenas era un niño cuando se desató la primera dictadura que derrocaría del poder a Juan Domingo Perón, la conocida Revolución Libertadora. En esos años, su familia y él fueron testigos de un bombardeo efectuado sobre la sede YPF de Mar del Plata perpetrado por la Marina de Guerra al mando del general sublevado Issac Rojas.

“En verdad, el grueso de la población despertó sobresaltada por el ruido de las bombas, algunas de las cuales cayeron en viviendas y comercios del barrio Puerto. La crónica periodística del día siguiente dio cuenta de varias personas heridas, sin abundar en precisiones”.

Diario La capital de Mar del plata

Según se narra en el libro “El hombre del Camión” escrito por Emilia Delfina y Mariano Martín, fueron los malos tratos que sufría su madre en su trabajo, lo que motivó al joven Moyano a iniciarse en el mundo del sindicalismo.

Fue elegido por primera vez delegado gremial a la edad de 18 años, en 1961, en la empresa Verga Hermanos de transporte automotor, empleo que le consiguió uno de los contactos de su padre. 

Comenzó trabajando como “lechuza”, conocido como aquel que acompaña al camionero en trayectos largos. Debido a que la empresa no cumplía con los convenios de trabajo al no entregarles los uniformes correspondientes para su tarea, Moyano comenzó a reclamar junto con otros compañeros. Así comienza a militar en forma activa en el Sindicato de Choferes de Camiones, en su Seccional Mar del Plata. Y donde terminaría siendo electo como delegado ese mismo año. 

El hombre del camión tampoco fue ajeno al ambiente que se vivía en la década de los setenta. En esos años se involucró en la política militando en la juventud sindical peronista, fracción fundada por el sindicalista José Ignacio Rucci, enfrentada con Montoneros y otros sectores vinculados al ala izquierda del movimiento y que posteriormente formará parte de la llamada Triple A. 

Además, tenía relación con la Concentración Nacional Universitaria, un grupo de extrema derecha que ejercía violencia política en el ámbito universitario marplatense. En 2007, Enrique Petroni, ex dirigente del PST, denuncio a Moyano ante la justicia por sus relaciones con figuras emblemáticas del grupo terrorista, entre los que destacaba Ernesto Piantoni, jefe de la seccional de la Triple A de Mar del plata, relata Página 12.

En febrero, Petroni entró a la página web del gremio de Camioneros, buscó la biografía de Moyano y advirtió una omisión: “No había ninguna referencia a lo que hizo y los lugares que ocupó entre 1972 y 1981”, explica el querellante, ex dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores (PST). No sería un detalle menor, ya que en ese lapso, sostiene, el camionero se habría relacionado con la Concertación Nacional Universitaria (CNU), el grupo de ultraderecha que actuaba en Mar del Plata y se fusionó con la Triple A. “Algunos de sus integrantes –agrega– se incorporaron a los grupos de tarea de la dictadura militar”.

Enrique Petroni a Página 12

Durante la dictadura del Proceso de Reorganización Nacional llego a ser jefe de la seccional de Camioneros en Mar del plata y secretario general del partido justicialista de Mar del Plata en ese mismo año. 

Los años pasaron, y en 1993, lo eligieron titular de la Federación Argentina de Camioneros. Desde allí saltó a la Secretaría General de la Confederación General del Trabajo (CGT) “rebelde o disidente”.  En el 2000, bajo la consigna “Ante un ajuste fuerte, daremos una respuesta fuerte”, convoco paros y huelgas contra el Gobierno de la Alianza.

Denuncias contra Hugo

Probablemente, una de las polémicas que ha acompañado a Moyano es el origen de su fortuna.

Así lo relata en una nota, Mario Vidal en el año 2018, donde sostiene que Hugo Moyano “tiene un patrimonio superior a los diez millones de dólares...”, para el cual, “constituyó un imperio societario conformado por una droguería, una constructora, una empresa de seguros, una empresa de carpintería metálica y una empresa textil. Dichas empresas fueron puestas a nombre de varios de sus parientes más cercanos”.

Además, es dueño de una finca de 10.000 metros cuadrados en Parque Leloir valuada en más de un millón de dólares.

En 2011, tanto Moyano como su hijo Facundo fueron sujetos a una demanda judicial por enriquecimiento ilícito basada en los testimonios de la diputada de la Coalición Cívica, Graciela Ocaña, quien afirmó que el sindicalista y su hijo habían utilizado los fondos de camioneros para efectuar desvíos millonarios a empresas vinculadas a familiares. 

La Unidad de Información Financiera (UIF) hizo públicos datos del patrimonio correspondiente a las empresas señaladas en la denuncia que, por ejemplo, muestran como una de ellas (Aconra SA, empresa constructora cuya principal accionista es la hija de la actual pareja de Hugo Moyano) facturó trabajos por $220 millones, de los cuales al menos $105 millones correspondieron a 26 cheques firmados por Camioneros. 

También ha habido controversias por la adquisición de terrenos lindantes con el hotel de Camioneros en la localidad de La Falda, Córdoba. Según documentación disponible, en la transacción firmada por el propio Moyano, los terrenos fueron adquiridos por el monto de seis millones de dólares cuando los dueños anteriores lo habían adquirido por apenas 300.000, un valor veinte veces menor. Se sospecha de que existió una sobrefacturación para justificar la cantidad de fondos enviados al gremio.

Además de todos estos escándalos en los últimos años, el viejo sindicalista se involucró en el mundo del deporte, presentándose a elecciones y ganando la presidencia de Independiente de Avellaneda. 

A pesar de algunos éxitos deportivos como la Copa Sudamericana de 2017, su gestión fue muy cuestionada por los hinchas del rojo debido a la falta de transparencia en el manejo de la institución. En 2022, el sindicalista fue llevado a juicio por el club debido a una deuda impaga de dos millones y medio de dólares correspondiente a la publicidad de las camisetas del club.

Además, según reportó Olé, en ese entonces, el club también tenía cuantiosas deudas con jugadores, técnicos y empleados de la institución. En 2022 el conjunto de Avellaneda había acabado la gestión Moyano, irónicamente, con una deuda millonaria en concepto de cargas sindicales y de obra social con la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (Utedyc). En este rubro, el club adeuda la suma ocho millones y medio de pesos.

Por si eso fuera poco, el dinero debido por la dirigencia a decenas de jugadores y técnicos suman un total que asciende a más de 20 millones de dólares. Si bien estos casos ya están en la justicia, hasta ahora no hay una explicación oficial de que ocurrió con ese dinero.

Según informó Télam en 2018, el ex barrabrava Pablo “Bebote” Álvarez fue quien acusó a Moyano de ser quien orquestaba los robos de la venta y reventa de entradas en el club, así de como de manejar a los trapitos y parrillas circundantes al estadio del libertadores de América.