En el contexto del año electoral varios candidatos miden su posibilidad de cara a las paso de agosto. Según varias encuestas Patricia Bullrich se perfila como la posible vencedora de la contienda electoral, al menos dentro de la interna de Juntos por el Cambio. Así que repasemos el paso de “Pato” por los círculos del Estado.

La trayectoria de Bullrich en la política Argentina es ejemplificada en la definicion que dio el periodista Ricardo Ragendorfer: “Uno supone que a partir de esa travesía a través del arco ideológico ella tuvo muchas ideologías y no es así, yo creo que ella siempre fue la misma, su ideal siempre fue la vocación de poder y su metodología el alpinismo político. En la década de los 70 desde luego no había razones para no creer que el futuro era el socialismo revolucionario”, afirmó el autor de Patricia: De la lucha armada a la Seguridad, en una entrevista con Chiche Geldblung en Crónica TV. 

La lucha armada

Según se sabe, Patricia Bullrich inició su vida política durante la conflictiva década de los 70. Tras divorciarse, su madre comenzó a relacionarse con figuras asociadas a lo que en ese entonces se denominaba “peronismo revolucionario”. 

Su hermana Julieta se había emparejado con Rodolfo Galimberti quien era el “delegado de la juventud en el consejo superior justicialista” y básicamente jefe de la juventud peronista (que era a su vez el brazo político de la organización armada Montoneros) designado personalmente por Juan Domingo Perón, quien en ese momento se encontraba en el exilio.

De la mano del “Loco” (como le decían a Galimberti), ambas hermanas comenzaron su militancia en la organización armada. Patricia a su vez se emparejó con Marcelo Langeri también montonero, secretario de Galimberti y con quien tuvo a su único hijo: Francisco.

Si bien hasta el día de hoy ella niega tal afiliación, lo cierto es que existen extensos trabajos periodísticos, como testimonios de ex compañeros que así lo ratifican.

“Patricia Bulrich fue la principal reclutadora de exiliados en España para la contraofensiva montonera del 79, junto a su cuñado y actual diputado K en Santa Fe Gerardo Rico, pero a la hora de subirse al avión, ella salió huyendo” declaró en 2010, Juan Gasparini, periodista y ex militante de aquellos años. 

Dentro de Montoneros, ella usaba el seudónimo de Carolina Serrano o “Cali”. Siendo miembro de la organización guerrillera participó de algunos operativos, entre los cuales figura el atentado en 1976 contra la casa del coronel José María Pedro Noguer en ese momento intendente de San Isidro. 

Sobre ese hecho en particular escribió el periodista Ricardo Ragendorfer en el libro ya mencionado:

“El fiat (…) se detuvo a media cuadra del cruce con Ascasubi. Allí justo en la esquina estaba el objetivo: la residencia del intendente de San Isidro. Era una construcción de dos plantas con techo de tejas en medio de un pequeño jardín. “Cali” siempre muy nerviosa lo atraveso de puntitas de pie para depositar “el caño” programado para estallar en cinco minutos al costado del porche”.

Ragendorfer Ricardo, Patricia de la lucha armada a la seguridad (2019), Pág. 104

Su paso por el menemismo

Paso varios años exiliada en España y en Brasil y tras la llegada de la democracia se pasó las décadas de los ochenta y noventa navegando entre los distintos espacios de la interna peronista. Siendo primero parte del espacio del ex gobernador bonaerense, Antonio Cafiero, para luego pasar a formar parte del menemismo, después de que el primero perdiera la interna del justicialismo.

"Para mí el justicialismo es una esencia, es algo que lo llevo absolutamente adentro" (@PatoBullrich) ✌️ pic.twitter.com/kQKzjspNh0

— Javier Smaldone (@mis2centavos) June 16, 2023

En 1993 fue electa diputada por la ciudad de Buenos Aires en una lista encabezada por los políticos Erman González y Miguel Ángel Toma, en ese entonces aliados de Menem. Tiempo después, decidió abandonar el peronismo al presenciar actos de corrupción según sus propias declaraciones:

“Cuando llegue a la cámara de diputados, sentí ese olor a coima que vos decís y dije yo acá no quiero(…) vi las peores prácticas, el aferramiento al poder y vi la corrupción y la prostitución de la política. Entendí que había una ideología en que no se respetaba la ley ni al otro” 

Patricia Bullrich a Filo News (2022) (YouTube 25:25)

Un dato curioso es que durante este periodo Bullrich tuvo como chofer a Mauricio Zarzuela apodado “El víbora”, otro ex miembro de Montoneros que se encontraba desempleado y al que ella dio trabajo durante los noventa.

La Alianza

Durante el gobierno de Fernando De la Rúa  fue designada al frente del Ministerio de Trabajo, donde tomó varias medidas que le valieron varios enfrentamientos con los sindicatos, entre ello forzar a esas organizaciones a hacer una declaración jurada de todos los bienes e inmuebles que estas tenían a su disposición.

Sin embargo, fue el recorte del 13% a estatales y jubilados que superaran los haberes 574 pesos (todavía regia el 1 a 1) lo que marco su gestión durante el gobierno la Alianza y le valió años de ostracismo en la política. 

Esta medida presentada como inevitable y sobre todo “no negociable” fue una sentencia de muerte en términos de popularidad para Bullrich. De hecho, pasarían varios años antes de volver a ocupar un cargo de relevancia.

De nuevo al ruedo

En 2003 fue candidata a jefa de gobierno porteño donde saco el 9.76% de los votos quedando cuarta en la elección con su partido, Unión por la Libertad. 

En 2007, el partido se integró a la Coalición Cívica capitaneada por Elisa Carrió donde encabezó la lista diputados por la ciudad de Buenos Aires: cargo que ocupó en el periodo de 2007-2015. 

En 2009, protagonizó un pequeño escándalo que la acompaña a día de hoy: fue detenida en un control de agentes de tránsito por haber rebasado los límites del test de alcoholemia. Este incidente sirvió para fomentar los rumores sobre su supuesto alcoholismo que agitan, de tanto en tanto, los adversarios políticos al PRO.

Durante el gobierno de Cambiemos ocupó el cargo de ministra de Seguridad nacional. Fue reconocida por su postura intransigente frente a las protestas que se dieron en contra del gobierno de Mauricio Macri y en las que se efectuó una fuerte represión.

En el año 2017, tuvo que enfrentar las acusaciones de organismos de DDHH, el kirchnerismo y la Izquierda de que gendarmería (fuerza que dependía de ella) había desaparecido a Santiago Maldonado, un joven tatuador que participaba de un corte de la Ruta 40 en tierras del empresario Luciano Benetton, en reclamo por territorios ancestrales mapuches.

Ese día, la gendarmería reprimió y liberó la circulación de la vía. Después de eso durante 78 días no se supo el paradero de Santiago. Organizaciones de DDHH organizaron marchas en todo el país denunciando la desaparición forzada del joven, responsabilizando directamente a efectivos de gendarmería.

Finalmente, se lo encontró 400 metros del hecho en el Río Chubut.

La necropsia fue practicada el 20 de octubre de ese año en la Morgue Judicial. Los 55 peritos legitimaron y descartaron las sospechas de la familia Maldonado de que el cuerpo del joven hubiera sido plantado en el lugar donde fue hallado.

“Del examen externo e interno del cuerpo no se han constado signos compatibles con arrastre” ni “con medidas de sujeción”, dice el informe pericial de 64 fojas.

Tal como detalla el informe, durante la inspección minuciosa de las cuatro capas de ropa que vestía el joven al momento de su muerte no hubo indicios de que éstas presentaran signos de que el cuerpo hubiera sido arrastrado fuera o dentro del cauce del Río Chubut.

En el acta pericial también consta la ausencia de “lesiones contusas, cortantes o penetrantes” evidenciadas a través de 36 placas radiológicas, tal como informó oportunamente el juez federal Gustavo Lleral. A partir de estas pesquisas, el magistrado cerró la investigación en 2018.

Otro de los casos más emblemáticos que tuvo que enfrentar Bullrich fue el de la manifestación de diciembre de 2017 contra la reforma jubilatoria, recordada por la presencia de personajes como el Gordo Mortero que protagonizaron escenas caóticas en el centro porteño apedreando varios edificios públicos en Plaza de Mayo y provocando varios destrozos.

La represión subsiguiente se saldó con detenidos y heridos y un uso desproporcionado de la fuerza por parte de las fuerzas policiales que dejo varios heridos. 

Varios periodistas denunciaron haber sufrido agresiones a pesar de que simplemente se encontraban realizando su trabajo: como el periodista Pablo Piovano de Página 12 que recibió varios disparos de perdigón en su cuerpo, terminando con varias heridas. 

Por otro lado, la gestión de Bullrich tuvo algunos episodios de sospechas de corrupción en su contra, entre ellos el sobreprecio por la compra de cuatro lanchas artilladas al estado de Israel que debían operar en el delta del Paraná para combatir el narcotráfico. 

Según la denuncia, las embarcaciones habrían sido compradas a un precio de 12 millones de dólares por unidad cuando su precio en mercado en ese momento era de cinco millones.

En la presentación se señaló que debido a aspectos técnicos no servían para las tareas que debía realizar prefectura, ya que “su calado (proyección del casco por debajo de la superficie del agua) excede las profundidades mínimas de ciertas zonas de frontera en las que operan”.

Además, la Federación de la Industria Naval Argentina (FINA) cuestionó la compra de las cuatro lanchas Shaldag, debido a que con ese monto la industria local podría construir unas 20 lanchas, aunque sin el armamento israelí. 

Al día de hoy en la Oficina Anticorrupción (OA) la investigación sigue abierta.

Ganada la interna de agosto a la fórmula del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, Patricia Bullrich será la candidata de Juntos por el Cambio, junto con el ex diputado radical Luis Petri, quienes deberán enfrentar al favorito Javier Milei de La Libertad Avanza y a Sergio Massa del oficialismo. Las elecciones generales serán el 22 de octubre.