EL PESO DEL ESTADO FRANCÉS EN LA ECONOMÍA DE 1980
Siendo la séptima economía más grande del mundo, conocer la historia económica del país galo puede servir a la hora de pensar y planificar otras alternativas de modelos productivos
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En el artículo EL MODELO QUE UTILIZÓ FRANCIA PARA SALIR DE LA CRISIS ECONÓMICA habíamos afirmado que Francia se destacó por un fuerte estatismo en su primera etapa capitalista durante el lapso 1945-1986.
En este apartado profundizaremos sobre este modelo económico basándonos en el peso del sector público francés en la economía durante el período 1981-1986, cuando se emprendió una segunda oleada de grandes estatizaciones que alcanzaron a 11 grupos industriales, 39 bancos privados y 2 empresas financieras.
Orígenes
La historia francesa está impregnada por el estatismo y tiene muy larga data: ya en 1340 el rey Felipe VI proclamó el monopolio estatal de la sal, y se creó el monopolio público de los juegos de cartas en el siglo XVI y el tabaco en el siglo XVII.
En 1662 Jean Baptiste Colbert nacionalizó la fábrica de tapices Manufacture des Gobelins, y en 1756 fue nacionalizada la fábrica de porcelana Sèvres.
Más adelante, en 1810 Napoleón Bonaparte nacionalizó la producción y la venta de tabacos. Napoleón III hará lo mismo con el Crédit Foncier de France en 1854 y en 1889 las redes telefónicas pasaron a manos públicas.
Antes de las nacionalizaciones de 1981
En 1945-1946 una ola de estatizaciones había sacudido Francia.
Estas medidas estaban justificadas en un contexto mundial donde las naciones más desarrolladas iban en esas direcciones, pero también porque parte importante de los capitalistas franceses habían sido acusados de colaborar con el enemigo en la guerra y por construir fortunas ilícitas.
En esta etapa fueron estatizadas 1450 empresas de electricidad y gas, 34 compañías aseguradoras, 18 empresas de la gran minería del hierro y los 4 bancos más importantes del país, además de grandes empresas como Renault, Air France y Berliet.
En 1946, el Estado francés manejaba el 98% de la producción de carbón, el 95% de la electricidad, el 58% del sector bancario, el 38% de la producción de autos y el 15% del PBI total. El Estado asumió el manejo directo del 20% del conjunto de la producción industrial.
Jacques Rivier (1969) en su estudio La place des entreprises publiques dans l’économie française detalló la participación del sector público en la economía a finales de los años ´60:
El Estado tenía el monopolio de los correos, telecomunicaciones, los ferrocarriles, electricidad, carbón y el gas, junto con el manejo casi monopólico de los tabacos elaborados, fósforos, hulla, lignito y aglomerados.
El Estado francés ocupaba posiciones de grandes a secundarias en distintas ramas productivas controlando el:
- 40 a 80% en coquerías (el coque es un combustible para fundir aluminio), autoequipos mecánicos y eléctricos, productos de construcción aeronáutica, armamento y municiones, minerales varios, transporte terrestre, transporte marítimo y aéreo
- de entre el 20% y el 40% en petróleo crudo, automotriz, químicos minerales, servicios de salud
- de entre el 5% y el 20% en electrodomésticos, química orgánica, edificios de obra pública, auxiliares de transporte, servicio de vivienda, servicios prestados a empresas
Además, las empresas públicas ocupan un lugar importante en la química inorgánica y no despreciable en la química orgánica a través de los grupos “Minas de carbón” y “Empresas mineras y químicas”.
La participación de los inversores públicos en la formación bruta total de capital fijo era muy relevante en la economía francesa a principios de los años 60 (1962): construcción de aeronaves 79,4%, equipo electrónico 60,8%, equipo eléctrico 46%, edificio y trabajos públicos 41,7%, productos de ingeniería de precisión 14,5%, equipo de gran material 13,5%, productos para trabajar metales 12,7%, productos de fundición 12,7% y automóviles 4,4%
La participación de la inversión pública en la formación bruta total de capital fijo en 1962 rondó en promedio el 33%.
Fuente: Vassille Laurent. Nationalisations : le secteur public s’expose à la concurrence. In: Economie et statistique, n°150, Décembre 1982. Le nouveau secteur public / Réduire la hiérarchie des salaires / Le sous -équipement des banlieues. pp. 3-12
Después de las nacionalizaciones de 1981
Luego de las nacionalizaciones de 1981 hechas por el gobierno de François Mitterrand, el sector público francés se convirtió en uno de los más grandes del mundo, y de Europa Occidental en particular.
Délion y Dérupty (1982) señalan que, en comparación con la población activa o con el producto interno bruto, el sector público en Francia era de cuatro a cinco veces más grande que en Japón o Canadá, tres veces más grande que en Suecia y dos veces más grande que en Alemania, Gran Bretaña e Italia.
La administración Mitterrand procedió a la estatización de los principales grandes grupos industriales: CGE (electricidad), Pechiney (aluminio), Rhone-Poulenc (química-farmacéutica), Saint Gobain (conglomerado industrial fabricante de muchos productos) y Thomson (electrónica); el fabricante de aviones Dassault-Bréguet y de defensa Matra; los gigantes siderúrgicos Usinor y Sacilor; las compañías de computadoras Bull e ITT France y el laboratorio farmacéutico Roussel-UCLAF, y de dos empresas financieras como Suez y Paribas. Además, se estatizaron 39 bancos privados.
En 1982 el Estado representaba el 30% de las exportaciones total del país.
Ahora observemos a nivel sectorial. El Estado francés realizaba el 73% de las exportaciones de aeronáutica y construcción naval, el 63% de las exportaciones de metales no ferrosos, el 60% de las exportaciones de acero, el 51% de las exportaciones de química básica, el 36% de las exportaciones de material de transporte terrestre y el 34% de las exportaciones de la construcción eléctrica y electrónica, según aportó el estudio L’ Analyse du secteur publique français, de Masamichi Yoshioka del 1986.
De igual forma, el Estado francés efectuaba el 29,3% de las exportaciones de bienes intermedios, el 41,8% de los bienes de equipo profesional, el 14,7% de los artículos de uso doméstico, el 35,2% de los automóviles y otros equipos de transporte terrestre y el 21% de los bienes de consumo (Castille, Cavaud y Muller, 1985).
Participación en el volumen de negocios generado por las exportaciones en el sector público industrial y en la industria en su conjunto (1982)
Rubro | Sector público | Toda la industria |
Bienes intermedios | 29,3% | 24,1% |
Bienes de equipo profesional | 41,8% | 34,7% |
Artículos de uso doméstico | 14,7% | 19,0% |
Automóviles y otros equipos de transporte terrestre | 35,2% | 31,6% |
Bienes de consumo | 21,0% | 15,9% |
El 84% de las exportaciones del sector público antes de 1981 estaba compuesta por automóviles, construcción aeronáutica, transporte aéreo, transporte ferroviario, comercio y química orgánica (de orden ascendente a descendente). El 60% de las exportaciones industriales públicas eran autos. En 10 de las 15 ramas que más pesan en las exportaciones francesas, la participación del sector público ampliado ahora iguala o supera el 20%.
Según el Informe del Consejo Superior del sector público (Haut conseil du secteur public) para 1984 las empresas públicas francesas representaban el 100% de los correos, telecomunicaciones, ferrocarriles, electricidad, carbón y el gas; el 80 al 90% del transporte aéreo, crédito, acero, construcción aeronáutica, armamento; el 50% de productos químicos básicos; del 30% a 40% de seguros, automóvil, tecnologías de información, vidrio y metales no ferrosos y; del 20% a 30% de productos electrónicos y farmacéuticos.
A continuación, veamos cifras sobre el peso del Estado francés en la economía, el cual generaba:
- el 30% de las exportaciones
- el 60% de la inversión industrial
- el 87% de los depósitos bancarios
- el 81% del sistema de créditos
- el 100% de las empresas privadas dependerían del crédito de los bancos del Estado
- 4 de cada 5 empleos
A su vez, el Estado ocupaba, generaba y controlaba
- el 80% de la inversión total sobre el I+D
- el 80% de la facturación de los monopolios agrupados en AGREF (Asociación de las Grandes Empresas Francesas)
- entre el 40% y el 50% de la facturación del extranjero
- el 26% de los trabajadores industriales sobre el total
- el 25% del valor agregado total
- el 13% de la población activa
Por último, el 25% de los franceses trabajaba en el sector público en 1983 y poseía 13 de las 20 empresas más importantes del país.
Las subsidiarias de las empresas públicas francesas eran de 275 en el año 1957 y alcanzaron la cifra de 605 en 1975; un acrecentamiento del 120% en dieciocho años.
Las empresas con mayores subsidiarias pertenecían a la industria energética, las aseguradoras y los transportes y telecomunicaciones, en gran medida. Le siguen la construcción de maquinarias, la publicidad y los medios de comunicación y la industria química (Lioville y Hartmeier, 1992).
A fines de 1982 el Estado tenía el control de 879 empresas (con 2,3 millones de operarios) y 33 industrias y entidades financieras.
Datos referentes a la fuerza laboral y valor agregado en cada rama productiva
Empleo
Castille, Cavaud y Muller (1985) señalan que el 80% de los trabajadores en el sector energético y al 70% de los trabajadores del transporte y las telecomunicaciones estaban en el sector público.
Asimismo, Laurent Vassille (1982) da los siguientes datos sobre la fuerza laboral estatal. La administración pública tenía a cargo al 91,6% de los trabajadores ferroviarios, el 71,5% de los trabajadores del área del turismo de ocio, el 67,2% de los trabajadores de la energía, el 66,4% de los trabajadores aeronáuticos, el 60,7% de los trabajadores de la comunicación y el 47,6% de los trabajadores de la industria electrónica.
A su vez, el 24,3% de los trabajadores de la industria metalúrgica y de la industria química, el 22,5% de los trabajadores de la industria automotriz y el 20% de los operarios de la navegación se encontraban dentro de la fuerza laboral pública.
En 1982, el 38% de los operarios del conjunto de la industria metalúrgica (la siderurgia, minerales, materiales y metales), el 35,5% de la industria química y ligadas a ella (química básica, vidrio, para química e industria farmacéutica), el 22,7% de las industrias mecánicas y eléctricas (metales, construcción mecánica, construcción eléctrica, automotor, naval, aeronáutica y de armamento) y el 1,9% de otras industrias diversas (textiles, ropa, cueros y zapatos, bebidas, papel y cartón, imprenta y diversos) estaban trabajando en la administración estatal (Bizaguet, 1983).
Valor agregado y otros indicadores
El Estado francés genera el 50% del valor agregado en las siguientes industrias: minerales y metales ferrosos y procesamiento primario de acero; minerales no ferrosos, metales y productos semiacabados; construcción naval, aeronáutica y armamento.
Y entre el 30% y el 50% del valor agregado en vidrio, química básica, material eléctrico y electrónico profesional, automóviles y otros equipos de transporte terrestre. Ocupa un lugar despreciable en las industrias textil-confección, madera-muebles-diversas e imprenta-editorial (Castille, Cavaud y Muller, 1985).
Ya sea en la industria o para la economía en su conjunto, la participación del sector público en el capital es mucho mayor que su participación en la fuerza de trabajo empleada. Medida por los activos fijos per cápita, la intensidad de capital del sector público es, por lo tanto, significativamente más alta que la del sector privado (Vassille, 1982).
A su vez, el sector público representaba:
El 41,4% del valor agregado, el 32,7% de la inversión y el 57,4% de las exportaciones de la industria metalúrgica
El 37,4% del valor agregado, el 33,9% de la inversión y el 40,1% de las exportaciones de las industrias químicas
El 24,8% del valor agregado, el 25,7% de la inversión y el 32,6% de las exportaciones de la industria mecánica y eléctrica
En 1981 el Estado (SE) tenía una tasa de inversión más alta que el sector privado (SP) en distintas ramas productivas: transporte aéreo 26,2% (SE) vs 18,4% (SP); construcción aeronáutica 11,1% (SE) vs 5,8% (SP); minerales varios 18,2% (SE) vs 17,7% (SP) y; metales, productos semielaborados no ferrosos 193% (SE) vs 15,1% (SP)
La rentabilidad financiera (el beneficio bruto corriente obtenido luego de impuestos y la participación de salarios en los fondos propios) de las empresas públicas industriales fue positivo, aunque siempre menor al total de la industria y con diferencias grandes. Fue del 3,1% en 1981, del 1,4% en 1982 y del 1,9% en 1983.
Conclusión
El Estado francés era un gran Estado productor: elaboraba aceros, chapas o alambres, petróleo, carbón, construcción naval, automóviles, camiones, piensos, productos farmacéuticos o editoriales, equipos de transporte, metales no ferrosos, vidrio, químicos, armas, máquinas herramientas, maquinarias, equipos eléctricos y electrónicos, electrodomésticos, papel, fibras textiles.
De igual manera, brindaba servicios de transporte ferroviario, naval, aéreo y las telecomunicaciones.
Un tercio de la industria del automóvil y otros equipos de transporte terrestre estaba en manos de empresas competitivas del sector público. La actividad de este sector abarca productos tan diversos como turismos (en su mayor parte), caravanas, piezas y equipos para automóviles, vehículos comerciales, contenedores y carrocerías, bicicletas y motocicletas (Castille, Cavaud y Muller, 1985).
Francia se ha caracterizado a lo largo de su historia por depositar una gran confianza en el Estado como productor importante de bienes y servicios en la economía.
Esta concepción contrasta fuertemente con la tradición liberal del mundo anglosajón (Estados Unidos y Gran Bretaña). Contrariamente a lo que sucede en Estados Unidos y en América Latina, los franceses nunca creyeron que el sector privado fuese más eficiente que el Estado.
La raigambre francesa es tal que, cuando se discutía el plan de estatizaciones durante el gobierno de Mitterrand en 1981, Marcel Dassault, uno de los capitalistas más ricos de Francia (propietario del fabricante de aviones Dassault) y parlamentario, expresó: “Si el señor Mitterrand me nacionaliza, será porque ha sido elegido por el pueblo francés, y las decisiones del pueblo francés deben ser respetadas por todos. Me nacionalizaron una vez. Estoy acostumbrado a eso.”
La derecha gaullista fue estatista durante décadas y eso catapultó todo surgimiento de una derecha a favor del liberalismo económico. Cuando el mundo se inclinaba hacia las políticas de privatizaciones, desregulación financiera y reducción del gasto público de la mano de Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Thatcher en Reino Unido, la izquierda llegó al poder en Francia y emprendió la nacionalización de una porción importante de la gran industria privada y todos los bancos privados.
En el año 2018, el presidente Emmanuel Macron anunció un plan de privatizaciones, en los cuales incluía a la energética Electricité de France (EDF) y a la gasífera Engie.
Sin embargo, tuvo que retroceder cuando la Fédération Nationale des Mines et de L’énergie (FNME) le cortó el gas al Palacio de Eliseo (la casa Rosada francesa) durante tres horas.
Por último, procedemos a evidenciar el carácter estratégico de la economía gala. Francia es la séptima economía del mundo y representa el 4 % del PIB mundial, además de ser la economía más grande de Europa después de Alemania. En 2021 fue el noveno exportador más grande del mundo.
Su industria es la octava más valiosa del mundo según el Banco Mundial y es la novena más grande del mundo.
Francia es el sexto país que más recibe inversión extranjera directa (IED) en el mundo, teniendo en cuenta los resultados del 2021 y 2022. En la primera mitad del 2012 fue el cuarto país más alto recipiente de inversión extranjera directa.
Asimismo cuenta con importantes multinacionales (Total, Danone, France Telecom, Carrefour, Lafarge, Renault-Peugeot, Citroën, Bouygues, Air France, Michelin, L’Oreal, Plusbelle, Alstom, Alcatel, Accor, Axa, Air Liquide, Elf Equitaine, Areva, Aventis, BNP Paribas, Champion, EDF, Suez, Saint Gobain, Thomson, Vivendi, FNAC, Leroy Merlin, Thales), más que Inglaterra.
Referencias bibliográficas
-
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Redactor en El Punto Medio, realiza investigación económica. Estudiante de Economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA).