ARGENTINA, ESTADO GRANDE Y PRESIÓN FISCAL ALTA: ¿MITO O VERDAD?

Muchos sostienen que Argentina tiene un Estado enorme y una presión fiscal agobiante que deben reducirse. Sin embargo, al análisis escapan varios problemas significativos de nuestro país, y que no estamos viendo
ARGENTINA, ESTADO GRANDE Y PRESIÓN FISCAL ALTA: ¿MITO O VERDAD?Muchos sostienen que Argentina tiene un Estado enorme y una presión fiscal agobiante que deben reducirse. Sin embargo, al análisis escapan varios problemas significativos de nuestro país, y que no estamos viendo
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El porcentaje de gasto público por país es un indicador para comprender el tamaño y la influencia del Estado en la economía y la sociedad.

Existe el mito de que un alto porcentaje de gasto público automáticamente implica un Estado presente, capaz de proporcionar servicios públicos de calidad. La realidad es que el tamaño del Estado no garantiza per se la eficiencia en la administración de recursos.

Por otro lado, el mito de que un bajo porcentaje de gasto público, es decir, un Estado mínimo, pero a la vez eficiente también es cuestionable. Un Estado con un gasto público insuficiente puede enfrentar dificultades para proporcionar servicios esenciales y satisfacer las necesidades básicas de la población.

El Estado en determinados momentos de la historia ha demostrado fagocitar los ingresos de los ciudadanos.

¿Argentina tiene un Estado grande?

Si analizamos los datos de organizaciones internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Argentina tiene un porcentaje de gasto público similar a la mayoría de los países de la región, y se encuentra casi a mitad de tabla con respecto al mundo.

Gasto Público como Porcentaje del PIB (FMI)
Gasto Público como Porcentaje del PIB (FMI)

Es la eficiencia estúpido

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es una organización cuyo propósito es financiar proyectos viables de desarrollo económico, social e institucional, fomentando un crecimiento sostenible en América Latina y el Caribe.

En el 2018, el BID publicó su más reciente informe analizando las políticas sociales y económicas aplicadas en la región durante las últimas décadas, reflejando ineficiencias en su implementación en comparación a países de otras regiones. En Latinoamérica, Argentina lidera el porcentaje de malgasto de gasto público, con el 7.2% del PIB.

Según el BID, parte del malgasto en el gasto público está relacionado con las ineficiencias técnicas: los gobiernos hacen cosas adecuadas pero de manera incorrecta, utilizando más recursos de los necesarios para alcanzar un determinado resultado.

Uno de sus análisis de EFICIENCIA TÉCNICA incluye tres componentes clave de los costos públicos de producción: 

  • GASTO EN ADQUISICIONES, como los costos de bienes y servicios, incluido el gasto de capital (1)
  • COSTOS DE LOS FUNCIONARIOS de la administración pública (2)
  • Costos de los SUBSIDIOS Y TRANSFERENCIAS (3). 

(1) La ineficiencia en las adquisiciones del estado se puede medir por la diferencia entre los precios de mercado y los precios de compra de diferentes bienes y servicios. 

(2) El número de trabajadores y los diferenciales salariales en los sectores público y privado proporcionan indicaciones de ineficiencia en los salarios del sector público.

(3) El malgasto en las transferencias se puede estimar mediante el costo de las filtraciones que favorecen a personas que no son pobres (por errores en las verificaciones, por manejo de “punteros”, por intermediarios dispensables o corrupción).

Los gobiernos de Cristina Fernández (2007-2011 y 2011-2015) son recordados como una época donde no hubo control de las partidas presupuestarias y la sucesión de varios hechos de corrupción.

La estimación promedio del 4,4% del PIB en ineficiencia técnica para Latinoamérica es mayor que el gasto corriente promedio en salud (4,1%) y casi tanto como el gasto promedio en educación (4,8%) en la región. Con 220.000 millones de USD, las ineficiencias regionales superan el PIB total de Perú en 2016 (US$190.000 millones) y llegan casi al total del PIB de Chile en 2016 (US$250.000 millones). 

Corregir estas ineficiencias sería más que suficiente para eliminar la brecha de la extrema pobreza e incluso para disminuir la pobreza moderada en numerosos países. O bien los ahorros se podrían utilizar para construir 1.225 hospitales con 200 camas (unos 47 hospitales más al año en cada uno de los 26 países)”, señala el reporte.

La presión

Según la OCDE, el promedio de presión fiscal en los países considerados fue del 34% en el año 2021. Argentina, con 29%, quedó debajo del promedio. Sin embargo, gran parte de la población siente que paga muchos impuestos, o que no hay una contraprestación adecuada por esos impuestos. Algo que evidentemente va depender del sector social.

Los trabajos de investigación que abordan este tema evidencian que los hogares más pobres poseen una presión tributaria superior, es decir, abonan tasas impositivas efectivas más altas que los hogares más ricos. En un país con 40% de pobreza y 6 de cada 10 niños pobres, el impacto es mayor.

Además, el sistema tributario argentino mantiene un carácter regresivo que se ve, por ejemplo, en los impuestos indirectos sobre bienes y servicios. En el 2021, el 53% de los ingresos fiscales en el país provinieron de gravámenes que afectan principalmente a los consumidores y que impactan de manera desproporcionada en aquellos con menores recursos.  En los países pertenecientes a la OCDE, el promedio de impuestos vinculados a bienes y servicios representó el 32% en el año 2020. En América Latina y el Caribe, el promedio fue de 50%.

En cuanto a las empresas, se podría plantear una analogía con la población: las empresas más pequeñas tienen, en promedio, una presión fiscal más alta que las grandes, superando al 100% de la ganancia neta durante los primeros años de vida, según informes del Observatorio Pyme, lo que reduce los incentivos a la creación de empresas en comparación a países vecinos.

Uno de los ejes de debate suele ser la creación de incentivos: ¿Se puede incrementar el impuesto al patrimonio de las personas más ricas y la presión fiscal a las grandes multinacionales? Con la frágil situación económica local y sus vaivenes, ha sido una constante de los diferentes gobiernos mantener algunos de esos impuestos por debajo del promedio mundial, para atraer capitales que estén dispuestos a asumir riesgos y generen puestos de trabajo e ingresos a las arcas nacionales.

Como consecuencia de esas inversiones riesgosas, también obtienen generalmente más ganancias que en otros países. Aún no se ha logrado establecer un punto de equilibrio, por lo que los sectores poblacionales y empresariales de menos recursos siguen siendo los mayores damnificados en las crisis.

La economía no tributada

Otro de los elementos a considerar para analizar correctamente la cuestión de la presión fiscal en la Argentina es el porcentaje de economía informal que existe en el país.

En diálogos con Jonás Torrico, director de la Asociación Argentina de los Contribuyentes (AAC), se le consultó sobre el dato, en base a un estudio del FMI, de que países desarrollados recaudaban mucho más en relación al PBI que Argentina. A esto, el experto en impuestos respondió:

“Acá por ejemplo dice que Francia recauda el 46% del PBI mientras Argentina recauda el 30%. Este dato en Argentina no se lee de la manera correcta, acá lo que se está diciendo es que Francia recauda el 46% de todo lo que se produce y Argentina solamente el 30%. Entonces uno que no está en el día puede pensar rápidamente que Francia paga más impuestos de Argentina y nosotros menos impuestos que Francia, lamentablemente eso no es así.

A lo que continúa: “Porque este dato lo que transmite tiene que ver con todo lo producido en el país pero Argentina lamentablemente con la presión fiscal que tenemos, alrededor del 50% de la Argentina de todo lo que se produce, es en negro. Acá lo que se está comparando es un país como Francia en donde el 100% está bancarizado, donde todo se hace por transacción bancaria y pagan impuestos cuando en Argentina es tan alta (la presión fiscal) tan profunda y tan dura que los argentinos tratan de huir de esta presión fiscal evadiendo.

La cuenta es clara, indica Torrico, “un 46% sobre un 100 que está en blanco en Francia con un 30% qué está pagando solamente el 50% de la población“. Además agrega que el dato real de la realidad que hay mirar, que hay que revisar no se llama recaudación sobre PBI, sino (…) que se llama esfuerzo fiscal, (…) el que sí analiza cuánto es el porcentaje de economías en negro en cada país.

“Cuándo vemos ese dato en estos países como Francia o Alemania bajan un montón del 46% pasan a un 30% por ejemplo. En Francia o Alemania es mucho más sencillo pagar impuestos, primero, porque son muchos los que pagan, segundo, los servicios se ven reflejados en los impuestos que pagan pero acá en Argentina pagamos impuestos altos muy altos por servicios que no se ven que no existen y cuando vemos ese informe que se llama esfuerzo fiscal pasa del 30% a un 70% de presión fiscal porque la poca gente que puede pagar, paga un montón porque pagan el 70% de la presión fiscal que tenemos, finaliza Jonás Torrico.

Pasando a limpio, Argentina no tiene un Estado mucho más grande que otros países de la región, el problema es el enorme malgasto de fondos que hace. En cuanto a la presión fiscal, para la economía que tributa, es excesiva y regresiva, siendo la otra cara de la dilapidación de recursos públicos.

Fuentes

– Fondo Monetario Internacional (FMI)
– Izquierdo, Pessino y Vuletin (2018). Mejor gasto para mejores vidas: cómo América Latina y el Caribe puede hacer más con menos.
– Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
– Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
– Banco Mundial (BM)
Estadísticas tributarias en América Latina y el Caribe 2023 – Argentina | OECD
IMPUESTOS EN ARGENTINA: ¿ALTOS, REGRESIVOS, PROGRESIVOS O BAJOS? – El Punto Medio

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Redactor & Desarrollador web en El Punto Medio, especialista en periodismo de datos. Lic. en Ciencias de la Computación por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

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Editor jefe en El Punto Medio, especialista en periodismo de investigación, con experiencia en gráfica, radio y portales digitales.
Periodista y Lic. en Comunicación Social por el Colegio Universitario de Periodismo (CUP) y la Universidad Católica de Santiago del Estero (UCSE).

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