Si tenés poco tiempo, estos son los puntos clave:

• Milei apuntó contra Lali Espósito por contrataciones para shows regionales con dinero público
• Mientras fue presidente, Trump acusó a la cantante Taylor Swift de trabajar para la campaña de Joe Biden
• Aunque los conciertos de Taylor no involucraron dinero público y generaron millonarios ingresos en las ciudades donde se presentó
• En Argentina, municipalidades suelen contratar artistas de renombre, a valor de mercado, para
  mover la economía local: un show de Tini Stoessel en Posadas generó el doble de ingresos de lo que costó
• El Cosquín Rock también fue señalado por Milei de ser un evento privado que recibe exenciones impositivas.
• Su productor y el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora enfatizaron su efecto multiplicador; generando ingresos a la industria turística ampliamente superiores a las exenciones, logrando en parte que Carlos Paz compita con Mar del Plata
• Sí, es cierto que hubo irregularidades en algunas contrataciones de artistas, a precios mayores del mercado, ni pensadas para mover la economía; como los casos de La Mancha de Rolando con el kirchnerismo o de Patricia Sosa por el gobierno del PRO en CABA (aunque en este último el dinero no habría llegado a la artista)
  

Javier Milei volvió a generar polémica al ensañarse públicamente con Lali Espósito por sus contrataciones para festivales. No eligió confrontar con los otros artistas masivos, incluyendo su pareja Fátima Flórez, que también tuvieron contrataciones públicas. Tampoco pareció molestarle que parte de los 1000 millones de pesos que acaba de girar al gobierno de Corrientes sea usada para el Carnaval.

Donald Trump lleva un enfrentamiento público con Taylor Swift, a quien acusó mediante sus seguidores de fingir un noviazgo con Travis Kelce para favorecer la campaña presidencial de Joe Biden y al deep state, algo así como el equivalente a “la casta” local.

En un intento de emular a su ídolo, Milei también eligió a una figura popular y masiva para marcar extremos.

El politólogo y analista internacional Claudio Fantini subraya que “todos los populismos usan los mismos instrumentos. De izquierda y de derecha, los populismos hablan de oscuros intereses camuflados que desde las sombras urden intrigas y conspiraciones contra el pueblo”.

Pero, veamos un poco más allá, qué implican los movimientos económicos ante los shows artísticos en el mundo y en nuestro país.

El efecto swiftie

La “Swiftonomics” se refiere al impacto económico significativo que los conciertos de Taylor Swift tienen en las economías locales de las ciudades donde se presentan.

Un estudio destacó que sólo dos conciertos de Taylor Swift en julio de 2023 podrían aumentar el PIB de Colorado en 140 millones de dólares por el gasto de los consumidores.

Además, la Reserva Federal de Filadelfia señaló que la gira de Taylor ayudó a estimular los viajes y el turismo en la región, convirtiendo a mayo en el mes más fuerte para los ingresos hoteleros en la ciudad luego de la pandemia.

En Kansas City, se estimó que la llegada de Swift tuvo un impacto económico de 200 millones de dólares en la economía de EEUU.

Este fenómeno no sólo se limita a las ventas (y reventas) de entradas. También incluye gastos en hoteles, restaurantes, transporte, puestos callejeros y otros negocios locales, reflejando un efecto multiplicador en la economía local.

Milei contra la Cultura

En el plano argentino, es frecuente que artistas populares y convocantes sean contratados desde los gobiernos locales para festivales o eventos, buscando replicar ese mismo efecto multiplicador. Esto no queda exento a la utilización del show artístico por parte de intendentes o gobernadores para mejorar su imagen pública.

Si analizamos números concretos, Posadas organizó en octubre de 2021 un recital de Tini Stoessel, donde a la artista se le pagó alrededor de 15 millones de pesos. En contraposición, el evento movilizó a 100 mil personas, y generó un movimiento económico de $34 millones.

El Calafate gastó al menos 100 millones de pesos en los artistas que se presentaron en su reciente Fiesta del Lago. Desde el municipio indicaron a TN que “estas fiestas dinamizan el turismo, viene gente de diferentes zonas de la provincia y Chile, genera movimientos en hoteles, restaurantes, comercios. Nosotros sólo tenemos turismo, no podemos dejar de financiarlas”.

Los datos indican que, durante los días de la Fiesta del Lago, la ciudad tuvo casi un 100% de ocupación hotelera y alta demanda de todos los rubros asociados al turismo.

Recientemente, Javier Milei apuntó contra el festival “Cosquín Rock”, aduciendo que, aunque sea un evento privado, el gobierno le concede “1000 millones de pesos en subsidios”.

El organizador del festival multitudinario, que cuenta con réplicas en otras ciudades del mundo, José Palazzo, le respondió oportunamente.

A eso se le sumó la declaración del gobernador cordobés, Martín Llaryora: “Aquellos que vivimos en el interior (…) necesitamos continuamente generar eventos para acompañar al turismo. Pero en Córdoba no es sólo Cosquín Rock, que es un evento internacional, sino también las obras de teatro”.

“Hace muchos años, las obras se hacían en los teatros de Mar del Plata y Carlos Paz casi no tenía. Por eso, para que llegaran los eventos culturales a Córdoba y ganaran un diferencial para acompañar al turismo, se generó hace muchos años una ley de exención impositiva, que es de la que habla el presidente. Porque para nosotros el turismo es una industria, que genera trabajo y producción”, cerró Llaryora.

En cuanto a contrataciones que generaron dudas en los últimos años debido a posibles precios por encima del valor de mercado y poca repercusión económica positiva, se encuentran las de “La Mancha de Rolando” entre 2011 y 2013. Amigos del ex vicepresidente Amado Boudou, lograron ingresos entre 15 y 20 mil dólares por presentación a lo largo de todo el país, según la periodista María Julia Oliván.

Muchas de esas presentaciones se acordaban y abonaban directamente desde la Secretaría de Cultura nacional durante el gobierno kirchnerista.

Otro caso conocido fue la contratación por parte del gobierno de Horacio Larreta de un show de Patricia Sosa, por el cual consta en el Boletín Oficial haberle pagado a la empresa organizadora unos 4 millones de pesos en noviembre de 2016, aunque la artista aseguró que su facturación no alcanzó tal cifra.

Aníbal Pachano, histórico productor teatral, mencionó que en casos como ese es necesario eliminar a intermediarios, que suelen quedarse con una proporción alta del dinero abonado por el Estado, que nunca llega al artista.

Fuentes

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Luciano Silvi

Redactor & Desarrollador web en El Punto Medio, especialista en periodismo de datos. Lic. en Ciencias de la Computación por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

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