Empresas como Roggio son las que financian las campañas de los políticos y son parte del poder económico permanente en nuestro país, los gobiernos pasan pero ellos quedan.

Benito Roggio e Hijos SA fue fundada como una empresa de construcción en 1908 (su nombre actual lo adoptaría en 1954) y se consolidó como una de las principales contratistas de obra pública del Estado nacional. Actualmente es un holding, se dedica a varias rubros: construcción, prestación de agua, transporte, recolección de basura y juego.

La constructora

Para el año 1991, Benito Roggio e Hijos tenía la concesión del peaje de 1.719 km de ruta (el 17,5% de las licitaciones de ese momento) asociada con otras empresas en las famosas UTE’s (Unión Transitorias de Empresas).

Roggio fue quien construyó el estadio mundialista Chateau Carreras (reinaugurado como Mario Alberto Kempes en 2011), la central de policía, el edificio de los Tribunales Federales y el aeropuerto de Córdoba, la Central Térmica Independencia y el aeropuerto en Tucumán, la vieja Central Termoeléctrica de Bahía Blanca, el Hospital Cosme Argerich y la Torre IBM en Buenos Aires y las autopistas La Plata-Buenos Aires y Córdoba-Rosario.

Dentro de los proyectos de los últimos años, se destaca el cierre del tramo final del anillo de la Av. Circunvalación Agustín Tosco de la Ciudad de Córdoba. Obra que realizó junto a IECSA (la constructora del Grupo Macri antes de ser vendida) y Boetto y Buttigliengo SA (todas estas investigadas en “Cuadernos”).

Basura

Roggio recolectó la basura de la Ciudad de Córdoba de 1986 a 2009, primero a través de la firma Clima y luego por la conocida Cliba. Con Clima llegaron a facturar 2,2 millones de dólares al mes y con Cliba durante los primeros años, 3 millones de dólares. Roggio retrocedió en este rubro en Córdoba, debido a una deuda millonaria que mantenía la Municipalidad con Cliba.

Sin embargo, sigue activa en varias zonas del país, al día de hoy recolecta los residuos de 1.400.000 argentinos de las Comunas 2, 13 y 14 de CABA, que incluyen los pudientes barrios de Recoleta, Palermo, Belgrano, Núñez y Colegiales, del partido de San Isidro de Provincia de Bs As, de la zona oeste de Santa Fe, de Neuquén Capital y en la Ciudad del Centenario de esta provincia.

Aguas Cordobesas

En 2006, Néstor Kirchner estatizó Aguas Argentinas, a lo que es AySA (Agua y Saneamientos Argentinos) actualmente y con eso el servicio que prestaba la francés Suez en Buenos Aires y Santa Fe paso a ser del Estado. 

En Córdoba donde también tenía la concesión Suez, a través de la empresa Aguas Cordobesas, que ya estaba brindando servicio, ese mismo año, Grupo Roggio compró la mayor parte de las acciones de la compañía y se quedó con la concesión de prestación del servicio de agua. Bajo el paraguas del contrato original por 30 años que tenía Suez (1997- 2027), que luego fue ratificado en la Legislatura unicameral cordobesa.

Así, la potabilización del agua y su distribución quedaban en manos de Roggio y las inversiones a cargo de la provincia de Córdoba, unos 12 millones de pesos, a realizar en dos pagos para 2007. 

Los pliegos indicaban que Aguas Cordobesas podría aumentar la tarifa cada seis meses y adicionar un 18% cuando instalara medidores. Pero todavía varias zonas de la ciudad de Córdoba todavía no cuenta con ellos, y el consumo aplica de acuerdo a la planilla catastral (cantidad de superficie ocupada y otras variables) y no del consumo, eso le asegura cobrar 25 metros cúbicos a todo usuario, cuando sólo uno de cada tres supera ese consumo. Sin embargo, es el servicio que menos reclamos de usuarios genera.

Metrovías

Su empresa de transporte, Metrovías, hace poco ganó la concesión por 12 años más para seguir brindando el servicio de subterráneo en CABA (que da desde 1993) a pesar de haber incumplido obligaciones contractuales, brindar un servicio ineficiente y no realizar las inversiones ni el mantenimiento correspondiente.

Así señalo en el año 2018, la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) en un detallado informe sobre el mantenimiento de la red de subtes y el premetro. Este concluyó que la línea “B”, en la estación Leandro N. Alem, los baños están clausurados, y en esta estación junto a la Callao hay grandes filtraciones de humedad. En la línea “E”, la estación Bolívar y Plaza de los Virreyes las icónicas paredes de azulejos verdes presentan un marcado deterioro. En la línea “C”, la estación Sáenz Peña tiene filtraciones de agua. Por último, la línea “D ”, en la estación Constitución, Catedral y Pueyrredón, el cielo raso tiene humedad, la cual ha sido tapada con durlock y en los peores casos, con carteles.

Corrupción

Aldo Roggio dirigió la compañía por 40 años, hasta 2020, cuando la Justicia le concedió entregar sus activos como herencia anticipada a sus hijos ¿La razón? El viejo se jubiló cuando fue procesado en 2018 por pagar supuestas coimas a Ernesto Clarens, el financista ligado a los Kirchner, en lo que se conoció como la “Causa Cuadernos”. Sólo entre 2008 y 2010 hay constancia de pagos por casi 6 millones de pesos ($5.936.194).

En la “Causa Cuadernos”, Aldo declaró que fue apretado por el ex ministro de planificación federal, Julio De Vido, el viceministro, Roberto Baratta, el secretario de obra pública, José López y el titular del Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI), Claudio Uberti, para que le pagara un monto fijo a Ernesto Clarens, si quería tener los certificados de obra de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV). Clarens tenía una financiera llamada Invernes SA, que hacía las operaciones bancarias paraoficiales para lavar el dinero de las presuntas coimas. 

Pero ese dinero no salía del bolsillo de Roggio sino de los adelantos de obra que le daban a la empresa. Importes que después se sumaban al costo total de la obra.

Además está investigado por pagar 7,6 millones de dólares en coimas para así ganar la licitación para construir dos plantas potabilizadoras para AySA. 

En el “Caso AySA”, la UTE compuesta por la brasileña Odebrecht y las empresas locales, Benito Roggio e Hijos, Supercemento SAIC y José Cartellone Construcciones Civiles SA, «ganaron» la licitación para la construcción de una planta potabilizadora para AySA, en el periodo de 2007 a 2014, en Paraná de las Palmas, Tigre.

Pero a través de revelaciones periodísticas, el juez Sebastián Casanello y el fiscal Federico Delgado comenzaron a investigar. Estos señalaron que se habrían pagado 7,6 millones de dólares de sobornos por esta obra, junto a la construcción de la otra planta en Berazategui. Y quien habría sido el nexo entre las empresas y el Estado Argentino (Julio De Vido), utilizando sociedades off shore en Uruguay, fue Ernesto Jorge “Corcho” Rodríguez, esposo de la conductora Verónica Lozano.

Pero lo increíble es que con este historial sigue como empresa socia de la Cámara Argentina de la Construcción de la Delegación Córdoba, a quienes se contactó en varias oportunidades, pero no hubo respuesta.

El legado

El equipo del Consorcio de Periodistas de Investigación (ICIJ) del cual son parte La Nación, Infobae y Diario Ar a raíz de la revelación de los “Pandora Papers” en 2021, revelaron que en 2016, Aldo Roggio abrió tres sociedades off shore a nombre de él y sus tres hijos: Lucía Inés, Martín Benito y Rodolfo Roggio Picot. 

Las sociedades de nombre: Gotland International Limited, Graymark International Limited y Linhill International Limited fueron registradas en las Islas Vírgenes Británicas (BVI). Con la primera sociedad, Gotland, quisieron abrir una cuenta en el Banco JP Morgan de Nueva York. 

Pero ni lento, ni perezoso, cuando comenzó la investigación judicial en su contra por el “Caso AySA”, Aldo traspasó sus acciones en estas sociedades a sus hijos.

Sergio Roggio, sobrino de Aldo, quien fue hasta 2006 directivo de varias empresas del holding, lanzó su conocida y exitosa marca de cerveza artesanal Peñon del Águila, su parque temático de aventura de 150 hectáreas, homónimo de la cerveza, en el Valle de Calamuchita en las sierras cordobesas y Puerto del Águila, un country náutico con acceso al Lago de los Molinos, que en 2018 ya llevaba más de 400 lotes vendidos.

¿Fin?

En esto, los argentinos receptores de los servicios del Holding Roggio, tienen un gran rol que jugar… Pueden no hacer nada porque están conformes con la recolección de basura, el agua que llega a sus casas o el subte que toman, o demandar que se corten la totalidad de las concesiones como forma de lucha contra la corrupción estructural del país.

Fuentes

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David Busso

Editor jefe en El Punto Medio, especialista en periodismo de investigación, con experiencia en gráfica, radio y portales digitales.
Periodista y Lic. en Comunicación Social por el Colegio Universitario de Periodismo (CUP) y la Universidad Católica de Santiago del Estero (UCSE).

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